En un golpe de genio militar, los islamistas que controlan gran parte de Mali, han decidido llevar la guerra al enemigo y no esperar las preparaciones bélicas de las fuerzas imperiales francesas y sus lacayos, convirtiéndose, así, en verdaderos 'terroristas', es decir, provocando el pánico y el terror entre la corrupta y purulenta burguesía de la metrópolis gala, su repugnante desgobierno socialdemócrata y sus caníbales satrapías africanas.
Si en los años 90, la liberalización y necesario colapso de Albania provocó la extensión de su rebelión armada a Kosovo, hoy, la liberalización y necesario colapso de Libia, ha permitido la extensión de la rebelión popular islamista al Sáhara y el Sahel, en forma de una Guerra de Toyotas fulminante que amenaza a los deplorables regímenes esclavistas locales y a las oligarquías europeas pues, el control de esta zona, supone el control de una parte importante de las rutas de exportación de esclavos inmigrantes hacia Europa y, por tanto, de los instrumentos de ataque contra la clase obrera del Viejo Continente.
Además, una reorientación de los flujos migratorios hacia las rutas marítimas del sur del Sahel, no solo aumentaría peligrosamente la presión sobre el resto de las repúblicas bananeras del Africa Occidental, sino que haría la emigración más arriesgada, cara y reducida, distorsionando el mercado de fuerza de trabajo y los planes liberalizadores de las oligarquías europeas, aunque solo sea de forma temporal, dada la filosofía liberal del islamismo.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
