Sunday, 3 March 2013

Gravedad


El tabú de la emigración se desintegra. 

A golpes, como con las bestias de carga, las ilusiones, fantasías y alucinaciones del nazi-izquierdismo y el ultraliberalismo cortijero-español sobre la emigración, se evaporan al sol abrasador de la realidad. 

Hoy, incluso los órganos de censura más nazi-izquierdistas de la caciquía (http://www.publico.es/451496/espana-no-es-pais-para-jovenes) y los movimientos liberales y nazifeministas de protesta (ver las patadas nazis que pegan al castellano en http://www.nonosvamosnosechan.net/p/organizarnos.html), ya anuncian su oposición a una emigración que, hasta ayer, consideraban y defendían, a capa, espada y punta de pistola, como natural, humanista, enriquecedora, progresista, renovadora, rejuvenecedora, productiva, generosa, multicultural, anti-racista, inclusiva, integradora, católica, internacionalista, solidaria, guay. 

Al parecer, las bonanzas y maravillas de la emigración, solo estaban destinadas a satisfacer a los exóticos esclavos que llegaban a Cortijo-España y no a sus legítimos habitantes que, como en el no tan lejano pasado, han sido sustituidos sin piedad y están siendo deportados, aceleradamente, por una hipercorrupta caciquía que sigue campando a sus anchas. 

Dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, por lo que solo el sufrimiento y la experiencia propia pueden desvelar la verdadera esencia de la emigración capitalista, es decir, de la explotación de mano de obra barata, del esquirolismo institucionalizado y la precariedad esclavista. Una vez más, el marxismo, la ciencia proletaria de la guerra de clases, se cumple con la exactitud propia de las leyes de la gravedad y los trabajadores tendrán que elegir entre la esclavitud caníbal o la revolución al grito de...
 


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!