Ayudemos a realizar las ansias suicidas de la amariconada izquierda.
Una vez más, el universicario izquierdista por antonomasia de Cortijo-España, el señor V. Navarro, nos regala con uno de esos artículos suyos que definen, entre la pedantería, la mendacidad y el revisionismo mágico-realista, la podrida esencia de una izquierda traidora y maricona (ver diario nazi-izquierdista Público, http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/07/02/la-silenciada-lucha-de-clases/).
No sería ni interesante, ni provechoso, llevar a cabo una larga y detallada crítica de las necedades que los universicarios vierten en sus medios de comunicación, pero nunca está de más señalar, avergonzar y despreciar a aquellos que, en gran parte, son responsables de la situación actual.
No es necesario coger una limusina y ordenar al chófer que conduzca por los barrios de Barcelona, para entender que la dominación de los explotadores sobre la masa de la población trabajadora, se basa en apoyos mucho mayores que el 1% o el 10% de los que habla la propaganda izquierdista. Si los trucados y falsificados procesos electorales de la oligarquía sirven para algo, es para mostrar que su dominación se basa en, al menos, consistentes porcentajes del 30% de la población, gran parte de la cual está bien organizada en partidos, sindicatos, iglesias, cuerpos de seguridad, ejército, etc, etc... y que controla los mayores y mejores resortes e instituciones del Estado y la empresa privada (Hacienda, parlamentos, ayuntamientos, fuerzas armadas, prensa, televisión, etc...). La importancia de apreciar tal hecho, es de tal magnitud que marca la diferencia entre la vida y la muerte, como ya se demostró en la BIEN LLAMADA Guerra Civil Española.
Efectivamente, entre los importantes factores que llevaron a la ruina de la II República (o del Chile de Allende) y a la tortura, exterminio o deportación de cientos de miles de personas, la bochornosa condición del 'pensamiento' y la 'acción', o mejor dicho, inacción izquierdistas, tienen especial peso. Ayer, como hoy el universicario Navarro y la amariconada izquierda a la que tan bien representa, muchos no pudieron concebir, en su autismo político fundamental, la posibilidad de que un golpe de Estado militar pudiera triunfar o contar con el apoyo de grandes capas de la población y desembocar en una guerra.
Los intentos por negar la Guerra Civil, apestan a la típica cagada izquierdista y nacionalista, esa abulia intelectual y vital y no son más que una despreciable reivindicación de las actitudes y traiciones de Casares, Azaña y todos esos izquierdistas que, con su desidia criminal, permitieron el desarrollo del golpe militar, la guerra de exterminio contra los trabajadores y el nuevo y sangriento triunfo de la oligarquía. No es de extrañar, por tanto, que nuestro universicario en cuestión nos arengue con la consabida consigna de 'rebelarse por todos los medios (SIEMPRE Y CUANDO NO SEAN VIOLENTOS (olvidó escribirlo en mayúsculas, pero eso ya lo arreglamos nosotros))', es decir, resignarse al destino de explotado pues, en realidad, frente a una oligarquía dispuesta a todo tipo de violencia, la no violencia es solo una admisión de cobardía, impotencia y sumisión.
Sin embargo, no hay mal que por bien no venga y los comunistas solo hemos de lamentar el haber sido arrastrados, en ocasiones, hacia las posiciones de aquellos izquierdistas y sus acólitos que merecían desaparecer. Pero la lección está aprendida. Los izquierdistas han de ser utilizados como lo que son, los tontos útiles, la carne de cañón, el cebo de lelos, que abra las puertas a la guerra de clases. Es bueno morir. Especialmente cuando algunos lo piden a gritos.
Una vez más, el universicario izquierdista por antonomasia de Cortijo-España, el señor V. Navarro, nos regala con uno de esos artículos suyos que definen, entre la pedantería, la mendacidad y el revisionismo mágico-realista, la podrida esencia de una izquierda traidora y maricona (ver diario nazi-izquierdista Público, http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/07/02/la-silenciada-lucha-de-clases/).
No sería ni interesante, ni provechoso, llevar a cabo una larga y detallada crítica de las necedades que los universicarios vierten en sus medios de comunicación, pero nunca está de más señalar, avergonzar y despreciar a aquellos que, en gran parte, son responsables de la situación actual.
No es necesario coger una limusina y ordenar al chófer que conduzca por los barrios de Barcelona, para entender que la dominación de los explotadores sobre la masa de la población trabajadora, se basa en apoyos mucho mayores que el 1% o el 10% de los que habla la propaganda izquierdista. Si los trucados y falsificados procesos electorales de la oligarquía sirven para algo, es para mostrar que su dominación se basa en, al menos, consistentes porcentajes del 30% de la población, gran parte de la cual está bien organizada en partidos, sindicatos, iglesias, cuerpos de seguridad, ejército, etc, etc... y que controla los mayores y mejores resortes e instituciones del Estado y la empresa privada (Hacienda, parlamentos, ayuntamientos, fuerzas armadas, prensa, televisión, etc...). La importancia de apreciar tal hecho, es de tal magnitud que marca la diferencia entre la vida y la muerte, como ya se demostró en la BIEN LLAMADA Guerra Civil Española.
Efectivamente, entre los importantes factores que llevaron a la ruina de la II República (o del Chile de Allende) y a la tortura, exterminio o deportación de cientos de miles de personas, la bochornosa condición del 'pensamiento' y la 'acción', o mejor dicho, inacción izquierdistas, tienen especial peso. Ayer, como hoy el universicario Navarro y la amariconada izquierda a la que tan bien representa, muchos no pudieron concebir, en su autismo político fundamental, la posibilidad de que un golpe de Estado militar pudiera triunfar o contar con el apoyo de grandes capas de la población y desembocar en una guerra.
Los intentos por negar la Guerra Civil, apestan a la típica cagada izquierdista y nacionalista, esa abulia intelectual y vital y no son más que una despreciable reivindicación de las actitudes y traiciones de Casares, Azaña y todos esos izquierdistas que, con su desidia criminal, permitieron el desarrollo del golpe militar, la guerra de exterminio contra los trabajadores y el nuevo y sangriento triunfo de la oligarquía. No es de extrañar, por tanto, que nuestro universicario en cuestión nos arengue con la consabida consigna de 'rebelarse por todos los medios (SIEMPRE Y CUANDO NO SEAN VIOLENTOS (olvidó escribirlo en mayúsculas, pero eso ya lo arreglamos nosotros))', es decir, resignarse al destino de explotado pues, en realidad, frente a una oligarquía dispuesta a todo tipo de violencia, la no violencia es solo una admisión de cobardía, impotencia y sumisión.
Sin embargo, no hay mal que por bien no venga y los comunistas solo hemos de lamentar el haber sido arrastrados, en ocasiones, hacia las posiciones de aquellos izquierdistas y sus acólitos que merecían desaparecer. Pero la lección está aprendida. Los izquierdistas han de ser utilizados como lo que son, los tontos útiles, la carne de cañón, el cebo de lelos, que abra las puertas a la guerra de clases. Es bueno morir. Especialmente cuando algunos lo piden a gritos.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!