Los caciques españoles, empeñados en alargar su régimen inmigracionista e incapaces de democratizar la sociedad, se han lanzado a una 'militarización' a dedo de su sistema partidista, en busca de la jerarquía y la gerontocracia militar que, esperan, podrá mandar y ordenar al viejo estilo caciquil. Sin embargo, no pueden sospechar que están abriendo el último bastión de su régimen a la crítica política y social más profunda. Todo estamento que entre en la batalla política, ya sea como 'retirado' o como amenaza militar potencial, en favor de unos u otros, será arrastrado al huracán de la crítica y la confrontación partidista. Hoy, los militares, que han obedecido y sido parte esencial de todas las políticas inmigracionistas de la oligarquía, invitan la crítica más radical y abren, por fin, las Fuerzas Armadas a la sociedad. La batalla por España ha comenzado.
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