Los caciques son prisioneros de sus propias políticas y no pueden reformar la Constitución de manera significativa y real. Toda la historia de España, desde la Transición (o incluso desde la Guerra Civil o desde 1917), ha sido un esfuerzo para evitar el triunfo electoral del PC. La Constitución autonomista/secesionista, las leyes electorales fraudulentas, la corrupción política, el terrorismo, el abandono del Sáhara, el inmigracionismo, el feminismo, el elegetebismo, etc, etc... han sido los diferentes trucos de los caciques para prevenir un renacimiento y reorganización del PCE y la política de la lucha de clases. La creación de Podemos y de Vox, no han sido más que las últimas artimañas para encauzar el descontento de gran parte de la población hacia el juego político caciquil. Una verdadera reforma de la Constitución (un hombre un voto...), abriría de nuevo las puertas a la amenaza comunista, contra la que la casta política ha apostado su existencia, pues el que el PCE esté hoy secuestrado y neutralizado, no significa que no haya comunistas de verdad esperando el momento adecuado. Por eso, todos los caciques hablan o hablaban, disimuladamente, de la 'reforma' de la Constitución, pero no se atreven a acometerla pues saben que, literalmente, se la juegan.
comité espartaco
