Friday, 21 October 2011

Gaddafi: Asesinato y Violencia Revolucionaria

Los proletarios apoyamos y defendemos la violencia revolucionaria, no la sevicia, el linchamiento o el asesinato de las personas.

A pesar de que y, precisamente porque, la oligarquía mundial, aprovechando nuestra impotencia, nos agrede constantemente, directa e indirectamente, con sus diferentes políticas, corrupciones, chanchullos, conjuras, guerras y crueles represiones, la violencia grotesca y gratuita, nacida de oscuras conspiraciones o las torturadas mentes de individuos trastornados no es, ni puede ser, justicia o venganza popular.

Malaventurado y despreciable, es el pueblo que ha de delegar el ejercicio de su fuerza y justicia revolucionaria a los psicópatas de la república, en manos de tenebrosas instancias nacionales o internacionales o a combatientes excitados en el fragor de la batalla.

La justicia popular, como la revolución de la que nace, es un acto de toma conciencia supremo y solo puede ser responsable, inequívoca, cierta, heroica, épica, poética, 'divina'. La justicia revolucionaria, es la encarnación y expresión consciente de la voluntad común y organizada del pueblo explotado, venganza universal por los agravios, males y torturas sufridos durante largos años, pero también advertencia y castigo ejemplar contra los enemigos de clase y clarificación científica de la explotación sufrida. La violencia revolucionaria es una obra de arte. La culminación de una katarsis que busca y obtiene, la justicia y la igualdad.

El cadalso es una forma aceptable y razonable de justicia, pero las formas de la legalidad revolucionaria son tan importantes como su esencia y exigen su cumplimiento en beneficio de la salud pública y la concienciación de los seres humanos.

El asesinato de los Gaddafi, cuando no había peligro de fuga o exilio, es un crimen que apunta a sombrías maquinaciones burguesas e imperialistas y una ocasión perdida para clarificar las redes, métodos y sistemas de la explotación alrededor del mundo.

El ultraje, ocultación o destrucción de sus cuerpos, tampoco es una política revolucionaria, pues la verdadera Revolución, no teme a nada, ni a nadie y busca confrontar las contradicciones de la condición humana.

La política de daga y puñal, la puñalada en la espalda, la traición y la perfidia, la crueldad, el atropello y el arrebato del manicomio y del psiquiátrico, son los símbolos violentos de la clase explotadora y nada tienen que ver con los trabajadores levantados en armas y la conciencia revolucionaria.

N.B: Censurado en publico.es

Workers of the World, Unite!

¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!

(European Communist Party, in Facebook)

http://comitespartaco.blogspot.com/