En lo que es ya una inversión dialéctica clásica de los regímenes del podrido Tercer Mundo, la tergiversación y falseamiento de la ideología comunista, ha dado como fruto un repugnante gobierno monárquico, teocrático y anticomunista, una pesadilla 'imperial' que solo puede extender su funesto y ominoso dominio, sobre un secuestrado e ignorante pueblo norcoreano, exhausto, hambriento y esclavo.
Así, mientras los vástagos de la detestable élite que avasalla a Corea del Norte, se educan a la sombra de las pistas de esquí de Suiza, los trabajadores sucumben a pestes y hambrunas o son exportados como mano de obra esclava a las fábricas textiles de Mongolia.
Sin embargo, sería incongruente e infantil explicar la monstruosidad monárquica coreana como consecuencia de la única utilización de la represión, aunque solo fuera porque se necesitaría un gran número de represores para llevarla a cabo. Un tal régimen, como todo régimen, solo puede mantenerse con la activa y pasiva participación de sus súbditos-esclavos, el relativo aislamiento y el desmesurado apoyo de una China que utiliza a Corea del Norte no solo como un estado tapón, sino como una coartada para chantajear a sus vecinos orientales y a los EEUU.
Corea del Norte y su régimen 'personal', es decir, totalmente dependiente del poder de Pekín, no son más que la antesala de la política imperialista de China; una defensa, pero también un ataque, contra los poderes de la zona.
N.B: Censurado en Kaosenlared.net
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!