Cojos y mancos, ciegos y tuertos, niños, hombres, mujeres y maricones de todas las razas, etnias y condiciones, se ven obligados a montar penosa guardia o arrastrar sus desdichadas figuras a lo largo y ancho de las calles de Cortijo-España, vendiendo los infames boletos de una lotería que rivaliza con el fútbol, en el intento de ocultar el desastre causado por la oligarquía cleptómana y rapaz que asola lo que ya, apenas, es una nación.La superstición como sistema 'productivo' impuesto por la caciquía criminal, ha alcanzado entre los españoles y los millones de inmigrantes que compiten contra ellos en un mercado laboral en desintegración, la categoría de mito antropofágico liberal; una fantasía y una alucinación más del feudo-capitalismo salvaje que, como el fútbol o la ideología del 'empresario y emprendedor', son falsas y amañadas, pero prometen a sus consumidores el éxtasis y la salvación individual, la adquisición de la fuerza y las maravillosas características del 'rico enemigo', con solo participar en las sagradas ceremonias que reparten los pedacitos o 'boletos' de la víctima. Así, mientras los aparatos de propaganda del nefasto Antiguo Régimen, nos regalan sin cesar con la felicidad acarreada por la viciada e improductiva potra de sus sorteos, rifas y tómbolas, el cortijo patrio alcanza nuevos grados de depravación laboral, desempleo y saqueo de la riqueza pública y privada.
El feudo-capitalismo de Cortijo-España, ese modo de 'improducción' casi 'asiático', ha conseguido, en gran medida, superar las contradicciones entre el Capital y el Trabajo, destruyendo y exterminando el Trabajo y sustituyéndolo por la etérea y caníbal armonía del Capital y la Loto, en un salto a lo misterioso y lo indeterminado que permite escurrir responsabilidades y diluir la resistencia.
N.B: Censurado en kaosenlared.net y elpais.com
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