Sunday, 19 February 2012

LOS PATRONES AL ASALTO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

By The European Communist Party

Los empresarios, esos fanáticos del "laissez faire", resulta que ahora tampoco quieren sufragar los costes de producción, lo salarios; para ello, dan un paso más en ese engendro de socialismo neoliberal que tan buenos resultados les está dando desde que, para detener la crisis tremebunda de los mercados, G. Bush aprobara un plan de rescate de 600 mil millones de dólares con cargo a los contribuyentes -que los utraliberales republicanos coherentes denunciaron como eso, "socialismo". En esta línea de socialismo capitalista cabe encuadrar esa parte de la reforma del neofascismo español en el Gobierno que entrega las llaves de la Seguridad Social a los patrones para que continúe su, agónica, fiesta especulativa e improductiva -a costa de la trasferencia de renta de las clases trabajadoras a las propietarias (más bien detentadoras) de medios productivos. El patrón ha conseguido reducir su aportación al erario público (de ahí la enorme deuda del estado que agravó la crisis); ha reducido sus cotizaciones por trabajador a la Seguridad Social y, ahora, quiere endilgar los costes salariales, a los mismos asalariados. Con menos salario, los activos del país tendrán que pagar las horas, días y meses que los patrones decidan suspender o reducir de la jornada laboral. 

Reparto entre pobres empobrecidos. Pero, sobre todo, un ejemplo más de la estrategia antisocial del neoliberalismo de la segunda mitad del siglo XX confeccionado en Mount Pelèrin: se trata de utilizar las mismas instituciones económicas públicas para socavarlas, en este caso, la Seguridad Social. Los mismos trabajadores deben encontrar la SS insoportable. Entonces, los reformistas eurofascistas vendrán con la cantinela de que lo público no funciona y debe suprimirse -y con ello, los seguros de desempleo, sanidad, etc. La reforma huele a "kurzarbeit" a la española, dado que estamos en una satrapía de la RFA. No obstante, la reforma alemana se instituyó como un programa provisional separado de la Seguridad Social, justamente para evitar que los trabajadores fueran despedidos y enviados a cobrar el seguro de desempleo, e incluso el estado pagaba seis meses de cotización a la SS, con lo que el resultado era reforzar la seguridad social manteniendo a sus cotizantes activos. También los patrones aportaron al programa un tercio del presupuesto. La reforma española es un asalto a la Seguridad Social, y cabe suponer que estaba en la mira de los más reaccionarios ideólogos neofascistas del PP (y de Alemania), pues esa institución pública, colectiva, socialista, demostraba su viabilidad absoluta cuando los mercados libres y la empresa privada se hundía y sigue en la miseria. El eurofascismo no puede permitirse un ejemplo tan aleccionador, útil, económicamente productivo, para la ciudadanía como una Seguridad Social viable, saneada y solidaria en medio del marasmo liberal.

La reforma tiene poco que ver con el fanatismo librecambista, se basa más bien en un socialismo destructivo, orientado al lucro capitalista, al abuso de lo público que funciona para nutrir lo privado pernicioso. Pero, cuanto más daño se le haga a la sociedad mayoritaria asalariada y parados, más fuertes y extremas serán sus respuestas contra el capitalismo.


Workers of the World, Unite!

¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!

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