Ensayo proletario sobre la relación deudor-acreedor.
Asumiendo, una vez más, su papel histórico tradicional, las corruptas y depravadas élites de Cortijo-España, traicionan y venden, a precio de saldo, a su amilanado pueblo a unas, no menos pervertidas, élites neonazis liberales alemanas, empeñadas en la ingeniería y aplicación de fuertes relaciones de acreedor y deudor como base de una verdadera economía imperial y de dependencia, pues como recordaba Lenin citando a Schulze-Gaevernitz, 'el acreedor está más sólidamente ligado al deudor, que el vendedor al comprador', especialmente si, como es el caso de Cortijo-España, esas relaciones tienen lugar entre un deudor incapaz de producir nada, excepto parados y un acreedor que destina sus producciones materiales a las insaciables China o India.
La relación deudor-acreedor permite a Alemania eliminar a un posible competidor industrial, sin dejar de extraer beneficios, contribuciones o tributos, en forma de intereses o personas (inmigración cualificada o no), de ese doblegado 'competidor', al que se impide todo desarrollo futuro e independiente, mediante el control de sus finanzas y su política económica.
Sin embargo, ese nexo de dependencia deudor-acreedor en el sistema capitalista actual, se realiza necesariamente saqueando las haciendas públicas de ambos términos de la relación, lo cual crea resistencias (los pueblos español y alemán se declaran, en su mayoría, reacios y contrarios al vínculo de dependencia e incluso grupos de genuinos capitalistas y accionistas, se rebelan contra el saqueo de su propiedad privada que estas relaciones implican), que han de ser contrarrestadas y combatidas con una nueva moralidad, fórmulas de escape y entretenimiento o descarnadas amenazas y represiones.
Así, las élites corruptas y libertinas, nos abruman con sus campañas de austeridad y frugalidad, con la consabida, repugnante y repetida consigna de 'no vivir por encima de nuestras posibilidades' (ellas, que dirigen una orgía continua y disoluta que dura ya siglos), con las que intentan implantar una moralidad de sumisión y una 'mala conciencia' que justifique los castigos (recortes y demás depredaciones de los trabajadores), que atienden a aquellos que no hacen frente a sus deudas y excusa a los acreedores que exigen su botín la adopción de las medidas que consideren oportunas. Para ello no dudan en mentir descaradamente, negando las funciones más elementales de los bancos como instituciones que movilizan un crédito que, por definición, permite vivir por encima de nuestras posibilidades e invertir, producir y progresar.
Pero las frustraciones de la mala conciencia que ellos han creado, requieren avenidas de alivio y desahogo, por lo que nos intoxican con espectáculos futbolísticos y deportivos con los que verter y proyectar las ansias de venganza, destrucción, rebelión y victoria en las estériles arenas del circo y, si todo eso falla, simplemente, nos prohiben la protesta, nos amenazan y golpean con impunidad para advertirnos y recordarnos quién tiene las armas.
N.B: Censurado en elpais.com y kaosenlared.net
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