La oligarquía criminal contempla aterrorizada su erial.
Como si de un reflejo simpático se tratara, la naturaleza ruge y se consume en furiosas llamas, uniéndose así a la pira funeraria de un nacionalliberalismo que, en poco más de treinta años, ha destruido todo lo conseguido por las largas y sangrientas luchas de los trabajadores españoles.
Ante el desastre total creado por la incompetencia, la arrogancia, la rapacidad y la usura de una oligarquía que había hecho de la fiesta permanente su modo de vida, el desgobierno de Cortijo-España, desbordado por su adorado capitalismo, al que creía conocer, descubre las bondades de la comunidad, la sociedad, el patriotismo y la colectividad, con la esperanza de ser rescatado del colapso y la revolución, es decir, de la guillotina, con los fondos públicos de los trabajadores del resto de Europa.
Todos esos largos años de trolas liberales univer-sicarias y sobrevalorados cursos MBA en las más famosas academias, escuelas y universidades del mundo, son arrojados sin miramiento alguno al fuego purificador y redentor del Estado Socialista 'Niñera', inventado y conseguido por la lucha marxista del proletariado y al que la caciquía acude hoy, como siempre lo ha hecho, en penitencia y nocturnidad, denunciando la irracionalidad de aquellos famosos mercados que ayer eran la esencia de su propia vida.
Afortunadamente, el capitalismo, que no es más que una máquina fuera de control (especialmente fuera del control de los despreciables caciques paletos que nos desgobiernan), no puede concebir que un cortijo con cinco, seis o siete millones de parados, sin tejido productivo alguno y con unas corrientes migratorias saturadas, pueda crear una economía viable en un tiempo razonable... Frankenstein está a punto de estrangular a sus creadores... ¡Arde Cortijo-España, arde!
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
