By Nopal
La intención es completamente congruente con la ideología neoliberal que se ha infiltrado en Europa en su versión más acérrima y desesperada. Acabar con la educación pública de masas no sólo entorpece la capacidad organizativa y reivindicativa de las clases más desfavorecidas e intermedias a las que se quiere aherrojar también moralmente, ni tan sólo es una manera de hacer caer la demanda popular de educación en la usura mercantil de la empresa privada. Hay algo peor y más fundamental de interés para los que insolentemente insisten en dictar el atroz modelo neofascista que se pretende -a modo de consabido mito nueva era sempiterna, o "Fin de la Historia". Se trata de reducir a cenizas toda cualificación técnica y científica capaz de relanzar una economía productiva progresiva, con los suficientes excedentes como para hacer practicable un ulterior Estado de bienestar social.
La gentualla ordoliberal que pretende reducir a la mínima expresión los costes laborales y diezmar el industrialismo sólo dejará en pie la producción y técnicos (más bien pocos y mal pagados) suficiente con que mantener en la opulencia a una minoría elitista ociosa y pervertida (más que la actual) y a sus psicópatas verdugos. Escasez relativa que además asegure que no queda nada, positivamente, al alcance de las tentaciones del proletariado para mejorar una infernal existencia de superexplotación y humillación. Se pretende la reproducción de un masivo asalariado embrutecido, violentamente competitivo entre sí, muy desposeído, sucio, contaminado, depauperado, enfermo y constantemente estafado por la clase usurera y mercantil; una horda ignorante –en cuya psique caóticamente deshumanizada, sólo haya “orden” compulsivo para quemarse en empleos de bajo rendimiento y máxima penalidad- que, enriqueciendo simultáneamente a esa clase despótica mediante trabajos imposibles, interminables y maquinales, sufra y agonice en su intento por malvivir.
La educación pública es uno de los pilares que minar para lleva a cabo ese costoso, aunque por otro lado sandio, proyecto de aniquilar los avances de la civilización surgida del siglo XX. Las generaciones actuales de jóvenes están en la diana de los experimentos psicóticos de ingeniería social hayekiana que se están sucediendo en oleadas; en el futuro, esas generaciones serán el relleno para las conservas del neoliberalismo caníbal si no se resisten. Las movilizaciones que se divisan a partir de otoño se hacen indispensables, cuanto más numerosas y potentes mejor, para no debilitar más la sociedad civil a medio plazo –haciendo más grave y lenta la recuperación de la expansión económica que hoy se está bloqueando por seres a punto de situarse definitivamente fuera de la Historia.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
