El periodo de 1930 a 1936 había sido para las masas populares españolas una formidable escuela revoluciónaria. En tan corto espacio de tiempo, el pueblo español habia pasado por las experiencias siguientes: una sublevación fracasada de oficiales demócratas del ejército, en diciembre de 1930; una victoria por la via pacifica con la liquidación de una dictadura militar, el derrocamiento de la monarquIa y la implantación de la República, en abril de 1931; una sublevación fracasada de militares reacciónarios, en agosto de 1932; una insurrección popular, en octubre de 1934 [en Asturias]; la victoria del Frente Popular. en febrero de 1936. En todos estos acontecimientos, acompañados de grandes huelgas obreras y campesinas y de luchas de todo tipo, se forjaron cientos de miles de luchadores experimentados, se creó un espiritu nuevo, los trabajadores tomaron conciencia de su fuerza, como iban a demostrarlo frente a la sublevación.