Los herederos del Antiguo Régimen fracasan en su intento de adulterar la democracia.
Con una participación oficial del 33% del electorado y una 'mayoría' del 64%, es decir, con el apoyo de apenas un 18% de la población más oscurantista, atrasada y reaccionaria de Egipto y la movilización de las estructuras y recursos del nazislamismo más militante, las élites reaccionarias y las instituciones contrarrevolucionarias, el Antiguo Régimen y su aliado y heredero religioso, han cosechado un rotundo y estrepitoso fracaso, avanzando el desarrollo proletario y socialista de la revolución árabe.
A pesar de todos los forzados clichés, el peso muerto de la tradición y el atraso impuesto a sangre y fuego por las oligarquías locales y extranjeras, a pesar de su desorganización política y de clase, el mundo árabe intuye que solo la profundización de la revolución podrá acabar con el estancamiento y el subdesarrollo secular y liberar a los trabajadores de las alucinaciones religiosas del pasado explotador.
Los trabajadores de Egipto no han podido ser engañados por los trileros liberales del Corán. La revolución proletaria sigue adelante.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
