Camino de la Plaza de Toros de Badajoz.
Como es habitual entre los pedorros caciques que nos desgobiernan y explotan, la tergiversación, adulteración y falseamiento, acompañan toda justificación de su podredumbre y bancarrota política, estética y moral.
La tortura animal, esa execrable lacra y repugnante reflejo de la condición sumisa y lacaya de Cortijo-España, se intenta excusar con las recalentadas y deformadas tesis de la filosofía universal (de Kant, de Rousseau...), empaquetadas y mancilladas por los majaderos universicarios de la más deplorable categoría e incapacidad: los savateres del cortijo, tiralevitas y lagoteros de un régimen en avanzado estado de descomposición.
Pero, la sofística y verborrea de los ínclitos representantes del permanente ocaso intelectual de esta tierra, no ya abandonada, sino esquivada y cruelmente despojada de toda ética, ciencia y filosofía, no pueden ocultar las verdaderas raíces y consecuencias de esta ilusión explotadora, en la que todo trato y contrato, bajo la filfa de una igualdad inexistente e imposible, se convierten necesariamente en maltrato de hombres, animales y cosas; en la vejación, tortura, mala muerte y destrucción de todo aquello que caiga en el insaciable y triturador dominio del Moloch de la explotación.
Libros, revistas, documentales y demás fuentes de información, han puesto al alcance de cualquier patán, incluidos nuestros hipercorruptos caciques, la sofisticación, refinamiento y complejidad del mundo animal, vegetal y hasta mineral; la inteligencia y capacidades de los diferentes seres vivos; la interrelación entre los mismos y los seres humanos. Se dice, incluso, que ciertas plantas (trigo, maíz...), utilizan, 'tratan, contratan o maltratan', a los seres humanos como 'vectores', 'esclavos' o 'trabajadores' en su beneficio...
El que estos mierdas de caciques nos vengan a dar lecciones sobre los derechos y libertades de los animales (o de cualquier otra cosa), solo puede deberse a la arrogancia derivada de esa ignorancia e imprudencia corruptas en las que se rebozan, la manida y alocada fábula liberal, la idea fija y enfermiza de que su sucio mercado está habitado por hombres libres y razonables que 'contratan' en libertad. Sin embargo, su linterna mágica no les funciona y solo consiguen proyectar sobre el mundo exterior, la verdadera y cruda realidad, es decir, el maltrato de hombres y animales que se refleja en sus políticas de saqueo del Erario Público y la tortura y abuso de seres vivos y no tan vivos. Si, como dicen, el camino del Infierno está alicatado de buenas intenciones, el sendero que nos lleva y ha llevado a la Plaza de Toros de Badajoz, está alumbrado por la misma mentira liberal, el contrato libre y equitativo de la explotación humana.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!