Saturday 13 April 2013

Genocidio nacionalcatólico



La destrucción de la sexualidad en Cortijo-España. 

Entre las numerosas y onerosas pestes, lacras y taras con las que la hipercorrupta caciquía ha castigado, lacerado y afligido su, como dicen en la amariconada Italia, 'catolicísimo' Cortijo-España, el azote de los curas y las sotanas es, sin duda, uno de los mayores infortunios. 

La proliferación de curas ignorantes y ultramontanos es, a la vez, causa y efecto de las inmensas calamidades que nos afligen y que se manifiestan en una singular condición de estancamiento secular, especialmente en el plano intelectual. 

En este sentido, las declaraciones del cura Pla (http://www.publico.es/453625/el-obispo-de-alcala-los-marxistas-son-los-culpables-de-destruir-el-sentido-de-la-sexualidad o http://www.eldiario.es/lacrispacion/obispo-Alcala-culpa-marxismo-conjura_6_121497852.html), en las que culpa al marxismo de una confabulación contra la vida y la sexualidad, muestran la hipocresía, la podredumbre y la poca categoría mental de esa institución diabólica por antonomasia y de los individuos que la componen. 

A pesar de la furiosa y machacona propaganda de los explotadores, el marxismo no está obsesionado ni con la homosexualidad, a la que ve más bien con indiferencia, ni con el aborto, al que considera un método más (de emergencia), en el arsenal médico. Sin embargo, el marxismo si se opone al 'mariconismo' (frente a la homosexualidad), es decir, a la extensión de la explotación a la sexualidad y a la expresión simbólica de las relaciones de explotación, de privilegio y de clase, en las relaciones sexuales. El marxismo se opone al matrimonio, mal llamado, 'homosexual' ('matrimonio maricón'), pues no es más que un subterfugio para ganar acceso a menores y constituye, además, una vulneración de la condición estéril de la homosexualidad, con el que se pretende instaurar un nuevo privilegio a costa de los niños más vulnerables. 

Es, así, imposible culpar al marxismo de los truculentos y oscuros designios de unos explotadores que quieren sodomizar todo a su paso y que, por el contrario, encuentran regular y constante refugio, en una Iglesia Católica implicada hasta el cuello en el 'mariconismo' más sórdido y repugnante, el abuso y atropello sexual más despreciables o la pederastia más rutinaria y abyecta, por mencionar solo algunos de los cuantiosos crímenes clericales. 

La Iglesia Católica basa su discurso y sus símbolos más sagrados en la divinidad de la virginidad, la santidad y valoración del celibato, las relaciones sexuales como pecado, las monjas, los curas, los frailes, los conventos de clausura, los monasterios, la mortificación de la carne, la abstinencia, el asco y rechazo hacia el sexo, la aniquilación de los instintos sexuales, la separación por sexos y muchas otras prácticas que suponen, de hecho y de derecho, la destrucción de la sexualidad y, por implicación, la aplicación masiva y generalizada del 'aborto' preventivo y la esterilidad, es decir, la prevención y desprestigio del sexo y, por tanto, de la maternidad, por lo que, esa iglesia, no parece ser la institución más adecuada para lamentar la destrucción de la sexualidad o la vida.

Pero semejante asalto a la sexualidad, no se se ha circunscrito a los 'pocos' curas y monjas que constituyen los profesionales de la pureza virginal, muy por el contrario y aquí reside el verdadero problema, Cortijo-España ha sido el desafortunado laboratorio de la acción desenfrenada del nacionalcatolicismo más furioso y criminal, que ha proyectado sus manías antisexuales y alucinaciones morbosas sobre una población indefensa y completamente entregada, furibundamente fanática, que ha dado lugar a una juventud estéril y castrada, ideológica, material y sexualmente aniquilada, al estancamiento demográfico y hasta genético, de la población nativa, que ha sido suplido con la importación de inmigrantes organizada por la misma iglesia, a una mentalidad mojigata, recatada y meapilas de un pueblo subyugado pero casto, a una draconiana represión sexual y sus concomitantes desviaciones y perversiones mentales, récords de pederastia, abuso, 'mariconismo', maltrato, prostitución, etc, etc, etc... 

En verdad, la sexualidad hace tiempo que fue destruida en Cortijo-España.


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!