Sunday, 7 April 2013

La fuerza de los votos



Los votos forzados de la caciquía. 

El cacique, ser corrupto, majadero, cretino y zafio por naturaleza, siempre ha sido una de las principales víctimas de sus propias y repugnantes mentiras mercantiles, en especial de esa trola empalagosa que, como la necia ilusión del mercado libre, alaga la improductiva vanidad de una casta de zánganos a la que asegura en su ficticia condición democrática. 

Como si fuéramos sus alelados vástagos y lacayos, la caciquía nos predica las bondades de un voto democrático al que nunca ha respetado y siempre ha asesinado, ninguneado y destruido, pues cree que sus denodados esfuerzos represivos, han conseguido ocultar y borrar de nuestra memoria los trucos y trilerías con los que tergiversan la verdadera democracia. 

Esta canalla hipercorrupta cree que nos chupamos el dedo y no nos hemos dado cuenta de sus podridos sistemas electorales, impuestos a la fuerza, que impiden la igualdad del voto, destruyen las mayorías trabajadoras y hacen imposibles los partidos obreros y la elección de sus representantes. Creen que, cual gilipollas, no hemos notado cómo impiden y prohiben el acceso de los trabajadores, sus enemigos, a los medios de comunicación, a locales y patrimonios, cómo han saboteado y aniquilado la prensa de la clase obrera, infiltrado sus organizaciones, vetado su financiación e impedido, de mil maneras, legales, paralegales e ilegales, su funcionamiento. 

Estos caciques hijos de puta, creen que no sabemos cómo compran los votos de sus lacayos y sicarios, cómo se defecan en los programas y promesas electorales, cómo cometen constantes fraudes electorales, golpes de Estado permanentes o minan, orinan y sodomizan las leyes más elementales y las constituciones más sagradas, etc, etc, etc... 

¡¡¡En verdad, qué dura será la caída de esta chusma caciquil, cuando desfile cabizbaja hacia el glorioso GULAG... Amén...!!! 


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!