Si bien la nacionalización parcial de una empresa importante de la economía está lejos de constituir una revolución socialista en toda regla, semejante acto no carece de importancia, especialmente cuando se refiere a países iberoamericanos, víctimas seculares de las castas y oligarquías liberales más criminales, rapaces y reaccionarias del planeta. El hecho de que la caciquía de Cortijo-España se retuerza y convulsione de la manera que lo hace, ante la AGRESION POPULAR Y SOBERANA de la República Argentina, muestra que la medida en cuestión es acertada y equivale a verter vinagre y salmuera en las heridas abiertas y supurantes de una ruina liberal creada por la carcunda facinerosa y ladrona que saquea, expolia y destruye la sustancia de los trabajadores españoles desde tiempo inmemorial.
Hoy, la República Argentina, ha quemado el catecismo liberal de una chusma feudo-capitalista incompetente e ignorante, que solo puede hacer funcionar una economía de subsistencia y expolio, basada en la rapiña de la riqueza pública creada por los trabajadores, incluido empresas que, como Repsol, han sido arrebatadas sin miramientos a sus legítimos dueños, es decir, al pueblo español. Además, esta expropiación, que despliega los bellos rasgos de la justicia y la venganza proletaria, demuestra que los largos años de dura represión, torturas y asesinatos de mafiosos uniformados que pretendían pasar por militares, no consiguieron implantar el repugnante credo liberal en la tierra del Che Guevara.
La caciquía cortijero-española, acosada interior y exteriormente, se hunde en su propio lodazal liberal, arrastrando a una población aún demasiado acobardada y vacilante para defenderse pero, recordemos que, el Infierno al que nos dirigimos, no es más que la antesala de la Liberación...
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!