Los explotadores retroceden y se retuercen ante la expropiación constitucional, popular y soberana de los expropiadores, como el Conde Drácula retrocede y se retuerce ante un crucifijo, una ristra de ajos o una estaca. Y es que, en realidad, estas sanguijuelas del trabajo, el sudor y la sangre ajenos, pertenecen a la misma oscura calaña de saqueadores ultraliberales de la hacienda pública (aunque, sin duda, Drácula es mucho más inofensivo).
El pánico que asalta al explotador global de nuestros días y a sus cómplices y nefastos desgobiernos ante medidas expropiadoras como las adoptadas por la República Argentina, es lógico y natural ya que, semejantes disposiciones privan a los explotadores de los necesarios refugios y cobijos extranjeros para esconder unos capitales amasados a través de la extorsión, el robo y la indefensión de sus legítimos dueños, es decir, los trabajadores y, por tanto, hacen mucho más difícil el goce de los frutos del pillaje y la depredación originaria connaturales al capital ultraliberal. Es por eso que, no debe sorprender que los saqueadores amenacen, extorsionen, sobornen, aúllen, bramen o maten, en busca de garantías 'legales' que protejan su botín.
Sin embargo y afortunadamente para los proletarios, la Argentina les acaba de recordar y mostrar, fehacientemente, que la política a la que acuden con alacridad para defender su explotación y a la que frecuentemente corrompen, es un arma de doble filo que trasciende su control.
N.B: Censurado en elpais.com
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