La caciquía amenaza de muerte a los líderes de la resistencia proletaria.
Como es habitual entre la corrupta y depravada oligarquía que se defeca en nosotros, la utilización de todos los medios, por sanguinarios y sádicos que sean, para reprimir y acallar cualquier tipo de resistencia a su inepto y contumaz desgobierno, es algo que está garantizado y solo es cuestión de tiempo.
Ante las ciertas e inevitables leyes de la reacción y la represión de la oligarquía, tan ciertas e inexorables como las leyes de la física, los proletarios solo pueden recordar a la canalla caciquil, que nuestras leyes revolucionarias, que protegen la legítima y democrática soberanía del pueblo ante la sevicia, traición y sedición de los caciques en rebelión, garantizan su exterminio como explotadores.
Los trabajadores y ciudadanos soberanos han de dejar claro a los golpistas, que cualquier acción que puedan tramar y urdir contra la democracia, tendrá una pronta y determinada reacción. Cualquier ataque a nuestros líderes o representantes, a nuestros comisarios, tendrá como respuesta un ataque multiplicado contra sus voceros y sicarios. Cualquier agresión de su podrida casta, será acompañada de una embestida furiosa por parte de los proletarios. Cualquier crueldad que los caciques puedan soñar, será respondida con brutalidad suprema. Cualquier inhumanidad, con monstruosidad proletaria. Cualquier atrocidad, con bestialidad obrera.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!