Ludopatía, corrupción, construcción e inmigración.
Con Eurovegas, los madrileños y los cortijero-españoles en general, están a punto de ser golpeados, una vez más, por uno de esos fraudulentos esquemas que caracterizan el largo y desastroso desgobierno de la caciquía en Cortijo-España. Un esquema que integra a la perfección las diferentes fibras de la economía del subdesarrollo creada por los explotadores, es decir, la corrupción de las diferentes mafias y dudosos personajes del mundo del juego y la especulación inmobiliaria, el ladrillo como monocultivo latifundista, la inmigración como mano de obra barata y la ludopatía de una sociedad enferma y culturalmente sintonizada, o más bien forzada a sintonizar, con las loterías, los juegos de azar y el culto a la diosa Fortuna y la superstición.
Una mirada a la geografía madrileña creada por el liberalismo en los últimos veinte años, avalaría (intuición, lo llama la Lideresa), la ubicación de Eurovegas en la localidad de Alcorcón, no solo por los diferentes sobornos e incentivos públicos que se puedan lanzar a los magnates del juego, sino más bien por su proximidad a Fuenlabrada, es decir, a una de las colonias más nutridas y ricas de la comunidad china en todo el cortijo y, por tanto, su cercanía a una de las clientelas más aficionadas a los juegos de azar y a este tipo de complejos para ludópatas y, por supuesto, a las necesidades de blanqueo de dinero de las diferentes actividades 'comerciales', legales, ilegales y paralegales, de la comunidad china y las diferentes mafias nativas y extranjeras.
Es una ridícula y desoladora marca de las contradicciones inherentes a la izquierda cortijero-española, el que con una mano disputen la concesión de los contratos a Eurovegas y con la otra, defiendan a capa y espada la inmigración destinada a alimentar a esa máquina de la deseconomía de Cortijo-España.
Dicen que Madrid está a punto de convertirse en un nuevo Macao y es ciertamente curiosa, aunque completamente lógica, la semejanza con esa ex-colonia de los caciques portugueses que, comparada con Hong Kong, está estancada en el subdesarrollo característico de las caciquías anti-industriales. En verdad, Madrid se convierte en Macao porque ya tenemos a nuestros chinos y, más importante aún, a nuestros caciques 'portugueses'.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!