El liberalismo prepara su entrada sexual en Cuba.
(ver http://www.publico.es/internacional/442005/los-gays-de-cuba-luchan-para-que-las-autoridades-accedan-a-incluir-en-el-censo-a-las-parejas-del-mismo-sexo)
Las agresiones del liberalismo contra los trabajadores, encuentran un terreno privilegiado en la explotación sexual y, muy especialmente, en una explotación homosexual que las corruptas oligarquías y sus lacayos han querido disfrazar con un chantaje moral sobre los derechos y libertades individuales.
Los burdeles, lupanares y pervertidos antros del no tan lejano pasado cubano, que como los actuales de Cortijo-España, estaban ligados al liberalismo, el hampa de los casinos, los juegos de azar, las drogas y el alcohol, el ladrillo, el turismo sexual y la decadencia política, económica y moral de una sociedad indefensa, están a punto de ser recreados en una nueva fase en la que la revolución socialista ha degenerado en un nepotismo monárquico, en el que las leyes y códigos de familia no son más que caprichos y deseos de las mamás y los vástagos de una camarilla real y su corte, que conspiran preparando el salto a una economía de 'libre' mercado que exige a la gran mayoría de la población, los mayores sacrificios, incluidos los morales y sexuales.
Desde un punto de vista comunista, proletario, la prohibición o no reconocimiento de matrimonios y otros supuestos derechos de los homosexuales, es completamente correcta, pues trata de impedir que un grupo minoritario y de dudosos hábitos sociales, intente construir una esfera de privilegios a los que, por su misma condición, no tiene derecho. Así ocurre con el matrimonio homosexual, que no es más que un eufemismo para la obtención de niños por parte de parejas que, por su propia naturaleza o elección, no pueden tenerlos. Por paradójico que pueda parecer, la prohibición del matrimonio homosexual, protege y respeta a los menores y a los mimos homosexuales, a los que reconoce su estéril naturaleza y elección vital.
Ser o no ser, esa es la cuestión y no, como muchos pretenden, ser y no ser, es decir, ser para ciertas cosas y no ser para otras, en lo que se basa el privilegio, el abuso y la explotación. Cuba está siendo arrastrada hacia la segunda opción.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!