Maricones nazi-izquierdistas en control de la República Francesa.
Cumpliendo su misión histórica de traición, infiltración, desintegración y destrucción de la clase obrera, la corrupta y depravada socialdemocracia francesa y sus grupos izquierdistas asociados recrean, bajo la coartada del avance de unos derechos civiles adulterados, tergiversados, pisoteados y en vías de extinción, las políticas zapateriles y cortijero-españolas de privilegio hacia unos homosexuales que se niegan a asumir su estéril condición, imponiendo el matrimonio maricón, es decir, el sacrificio de los más vulnerables, los niños huérfanos, en el altar de la explotación liberal y el abuso capitalista, mientras los verdaderos problemas de la nación son esquivados y ocultados.
Cuenta el historiador Tito Livio que la usura, la sevicia y la lujuria homosexual de un explotador hacia el joven hijo de un deudor, provocó la ira y la indignación del pueblo romano y fue la causa de la abolición de la esclavitud por deudas, demostrando que, desde la más clásica antigüedad, la tradición de lucha de los proletarios y oprimidos, se ha caracterizado por su más absoluta y violenta oposición a una insidiosa y recalcitrante explotación, que no duda en adoptar el atropello homosexual como símbolo y demostración del dominio y sumisión de los trabajadores.
Hoy, por el contrario y como es natural, los nazi-izquierdistas de todo el mundo se dedican a la promoción de políticas sucedáneas de entretenimiento y el fomento de los signos más repulsivos de la subordinación y la dependencia de clase, arrastrando a gran parte de la población trabajadora y mostrando el alto grado de desorganización y confusión mental alcanzado.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!