By Raf Enomao
Es imposible hacer entender a los más fanáticos defensores del régimen de propiedad privada que ellos también deben respetar la escasa propiedad privada (imprescindible para subsistir en el sistema impuesto por ellos) y pública, de los ciudadanos "soberanos", asalariados y demás proletariado. Es imposible hacérselo entender a los sátrapas de Merkosy, a los burgueses, y toda la gentualla del negocio del capitalismo financiero, a los burócratas tipo Almunia, y a los agentes palanganeros de las oligarquías, no digamos a los sacerdotes economistas, propagandistas neoliberales, académicos y demás sicarios sin escrúpulos. Imposible plantear en el debate que tienen secuestrado el problema en términos diáfanos: o, lo que es igual, que lo que están perpetrando es un doble atraco de unos patrimonios públicos y privados 1) que no son de su propiedad, 2) que no están en el origen y continuidad de la crisis desatada por los mercados y el sistema capitalista, 3) que este atraco, llevado a cabo bajo excusas embusteras de todo tipo, sólo empeorará la crisis generada por el sistema capitalista y su propia avaricia... y que, si continúan con este saqueo descarado, acabarán perdiéndolo todo y sufriendo las consecuencias de un conflicto social severo que ahora mismo se está fraguando en el seno de una sociedad a la que no quieren escuchar y groseramente ningunean.
El motivo de esta dificultad es que, a) estos burgueses, especuladores, ladrones de cuello blanco y ejército de paniaguados, deben enormes cantidades de dinero despilfarrado en negocios privados inviables e improductivos; que, b) cualquier salida racional y productiva de la crisis supondría una merma en sus beneficios y patrimonios privados, de hecho en pasivo y que debieran estar sujetos a embargo, c) que una salida sensata a su crisis privada supondría confrontación social salvaje, mucho más que la existente ahora (no menos en Alemania, donde la paz social interna se alcanza proyectando el conflicto al resto de Europa), entre estos caníbales capitalistas sin escrúpulos, en un intento de auditar sus deudas y embargar en correspondencia justa sus patrimonios, y d) que están al mando de los aparatos de coerción de los estados, y, con ello, se imaginan que pueden transferir sus deudas y explotar indefinida e impunemente, durante muchas décadas por venir, a las mayorías de ciudadanos no endeudados y creadores de riqueza...
Los expoliadores de la burguesía no quieren abordar ni solventar el hecho crucial de que la recesión y caos agudizado con el colapso de los mercados en 2008 es consecuencia directa de una deuda que, en mucha mayor proporción que el 80% oficial (contando los impuestos que evaden en la economía B y en el fraude fiscal, o la presión fiscal de la que se les ha exonerado) de toda la deuda de, por ejemplo España, Portugal o Irlanda, es imputable al SECTOR PRIVADO DE LAS EMPRESAS, BANCOS Y FAMILIAS RICAS -Y NO A LOS DERECHOS Y ESTRUCTURAS LABORALES, NI A UNA PARTE SALARIAL DEL PIB QUE HA DESCENDIDO DESDE 1994, NI A UN GASTO PUBLICO QUE, HASTA HACERSE CARGO DE LA REMORA FISCAL PRIVADA DESDE LA CRISIS, ESTABA SANEADO Y HASTA PRESUMIA DE SUPERAVIT.
Lejos de querer reconocer este hecho, se están entregando a un frenesí despojador inmoral, criminal y suicida, atacando a los sectores menos responsables de sus crisis, ineptitudes, prácticas negligentes e infinita avaricia de una minoría oligárquica y que está escondiendo sus bienes para no hacer frente a sus responsabilidades, como lo demuestra que el ahorro es mayor que jamás, la crisis no es de capital, sino de liquidez, y la evasión y demanda de deuda soberana usuraria es ingente y espectacular, hasta el extremo de estar creando una nueva burbuja que amenaza con una recesión en espiral...
El atraco rapiñador de las elites dirigentes en Europa -no sólo de sus burócratas, sino especialmente de sus empresarios, capitalistas, poseedores y endeudados acomodados- se está llevando a cabo en dos frentes complementarios, con tal encono y sistematicidad, que más parece el plan de genocidio calibrado de una sociedad inmensa. Por un lado, los políticos sicarios, han abierto un frente para "reformar", es decir, expropiar ilícitamente, los bienes de los trabajadores ("reforma laboral" extremista y hasta psicótica), y hacerse con los bienes del Estado, privatizando sus empresas y sectores de actividad, su gasto productivo, infraestructuras, servicios sociales, empleos... Y, en otro frente, el monetario, repartir sin cesar dinero público a los bancos y especuladores, a los mercados culpables de la crisis, más recursos que se detraen de las necesidades básicas de los contribuyentes más modestos, y sólo sirven para provocar subsiguientes crisis financieras.
Es tiempo perdido hacer comprender a estos liquidadores de las sociedades civiles europeas que, para cubrir las colosales deudas del sector privado sacrificando el sector público, exigiría quemar en su provecho particular, minoritario, AL MENOS 8, OCHO, ESTADOS con el presupuesto del actual (–cuando los que hoy nos roban con el despropósito nauseabundo de que “todos”, y no ellos, “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” no han tolerado apenas ni un solo Estado de las dimensiones del español...)
O que, al menos un tanto, el que animar a los inversores para que invirtieran en crear empleo y relanzar la economía en un mercado libre ortodoxo, sin interferencias del Estado, fuerzas laborales sindicales o políticas, ni autodefensa obrera, supondría el hundimiento de la mayoría de los empresarios en una crisis de la demanda y sobreproducción insoportable para los mismos mercados que, en todo caso, sólo encuentran motivo eufórico para actuar como geniales inversores en una situación de alta demanda, o de fuerte incremento de precios, o lo que es igual, cuando se crean burbujas que acaban reproduciendo la miseria generalizada. La economía ortodoxa, al prescindir de los estados reguladores e inversores, equivale exactamente a ciclos brutales. Ha bastado la reducción de un 20% promedio del peso del estado en las economías en los últimos 30 años de fanatismo neoliberal para generar un desastre mayor que el de la crisis clásica del 29 -zanjada con la II GM.
Esto, descontando que, una población despojada, pauperizada, no se resistirá al atraco sin más. Por lo que, nuestros burgueses, especuladores, burócratas palanganeros y sicarios propagandistas, deberán, más pronto que tarde, responder de su indecente y autodestructiva conducta. Ya lo reseñó un científico burgués, bastante hostil al comunismo, pero mucho más inteligente que la media burguesa, M. Weber, que las sociedades capitalistas con una codicia extrema son, en realidad, sociedades capitalistas poco evolucionadas... Además de la salud e intereses de las mayorías, las oligarquías hoy desatadas están sembrando, con su obsesión expoliadora, el socavamiento, INEVITABLE, del propio sistema capitalista. Demuestran que el sistema capitalista es insostenible, que se ha degradado o ha involucionado, por lo que quizá están liquidando existencias para organizar otro engendro explotador más ruin y, al parecer, más difícil de apuntalar sin violencia suma y totalitaria.
Los comunistas sólo tenemos que esperar a que los que hoy confían, engañados o ilusos, en las fórmulas trasnochadas, degeneradas y desquiciadas de los ultraliberales rapiñadores, o neofascistas, vean sus conciencias iluminadas por el sufrimiento agudo que les espera. Los comunistas sólo tenemos que esperar el día de la recolección para saldar las grandes deudas que los mercados están contrayendo con la sociedad. Los comunistas volcaremos con extraordinario rigo el peso de la crisis capitalista y neofascista, no en la sociedad civil o en las naciones soberanas, SINO EN LOS MERCADOS. La contabilidad deberá ser implacable -como verificación de un acto de higiene y transformación genuinamente revolucionaria.
Raf Enomao
ECP 2011
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!