El progresivo incremento de la violencia, tortura y represión desatado por la caciquía en defensa de sus corruptos privilegios, obliga a los proletarios a tomar las medidas que estén a su alcance para su propia protección y seguridad en manifestaciones y protestas.
A continuación sugerimos algunas precauciones básicas que pueden adoptarse ipso facto y a bajo coste.
Esencial: Guantes de combate o asalto (preferiblemente con partes rígidas), para proteger manos y dedos en movimientos instintivos de defensa y para golpear con fuerza y eficacia en momentos de apuro. También útiles para saltar vallas, agarrar botes de humo, objetos cortantes o contundentes o amortiguar caídas.
Esencial: Botas militares, de montaña o de trabajo pesado (a ser posible con punteras de metal). Imprescindibles para contrarrestar patadas y pisotones de los Freikorps y para lanzar patadas defensivas o 'modificar' materiales.
Esencial: Protectores de tibia y peroné, lugares preferidos por los Freikorps para sus agresiones, dada la vulnerabilidad y dolor inmediato que causan, así como para provocar caídas e inmovilizar a sus víctimas.
Esencial: Máscaras anti-gas y gafas irrompibles, contra gases lacrimógenos y golpes a los ojos, así como para proteger la identidad.
Existen muchos otros complementos y medidas que pueden ser utilizados para evitar ser una víctima incauta, pasiva e indefensa de las agresiones caciquiles, entre ellos señalamos:
Cascos, ya sean de moto, militares, obreros, etc, etc... Evidentemente, importantísimos en la protección de cabeza, orejas, nuca. Sin embargo, hay que recordar que, si no se usan en masa, podrían llamar demasiado la atención de los Freikorps y ser un imán para sus agresiones y violencia.
Rodilleras y coderas (especialmente rígidas), muy útiles en la lucha, en caídas, golpes, etc... así como en protección pasiva de puntos vulnerables.
Cinturones o fajas de hacer pesas, rígidos, para proteger la región lumbar y la zona abdominal.
Las medidas propuestas, son más bien cautelares y defensivas, pues nunca hay que olvidar que los Freikorps, además de la protección de la ley y la administración caciquiles y otros trucos de la clase explotadora, cuentan con las ventajas propias de su entrenamiento y coordinación, su material y su amplio arsenal, incluidas las armas de fuego y, por tanto, sería ilusorio pensar que, en estos momentos, se les puede derrotar, especialmente sin organización y control.
Lo más importante es recordar que hay que actuar siempre en grupos. Aquellos que son apaleados de gravedad, por lo general han sido sorprendidos aislados, es decir, cuando la atención de los agresores no ha sido dividida por otras personas. Un error del que no están exentos los mismos Freikorps, cuando en su entusiasmo apaleador se quedan, literalmente, solos en medio de los manifestantes. Es entonces cuando, correctamente, se les hace pagar. El grupo es la esencia de la lucha contra los caciques. Se entra en grupo, se lucha en grupo y se sale en grupo... ¡Socialismo en acción!
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!