Las recientes actuaciones de los grupos terroristas 'Freikorps', que algunos han dado en llamar policía, contra las protestas que intentan recuperar la soberanía popular en Madrid, muestran y demuestran, hasta la saciedad, una de las principales estrategias con las que cuenta la clase explotadora para ejercer su corrupto dominio: la infiltración de la sociedad y la democracia y, muy especialmente, la de los partidos obreros o movimientos que podrían poner en peligro el Antiguo Régimen.
Aunque la infiltración más famosa y eficaz realizada hasta la fecha, cuyo resultado directo ha sido nuestro lamentable estado de postración, fue la perpetrada contra el PCE (a través de despreciables personajes como Carrillo y compañía), las labores de infiltración contra el pueblo han sido tan amplias como numerosas, por parte de la caciquía; desde la Quinta Columna durante la Guerra Civil (infiltración del Ejército Republicano, el POUM, los Círculos Azules, etc, etc...), hasta una Transición completamente dirigida y manipulada (No es casualidad que fuera Gutierrez Mellado, quitacolumnista señalado durante la Guerra Civil, uno de sus protagonistas), la más que sospechosa actividad terrorista de ETA, GRAPO, etc... o el cultivo, protección y fomento de los diferentes nacionalismos, con vistas a debilitar el movimiento obrero, se podría decir que la infiltración es la manera de ser de los explotadores; su modo de existencia.
Así, el Fascismo, el Nazifascismo, el Nacionalcatolicismo o el Izquierdismo, no son más que manifestaciones de la manía suplantadora y parasítica de una clase explotadora rapaz, corrupta e improductiva, que solo puede existir bajo el espejismo de su autosuficiencia, la alucinación de su competencia o el disimulo de su verdadera y horripilante condición.
Es por eso que, no ha de extrañar la infiltración o secuestro que sufren las instituciones del Estado y otras organizaciones internacionales, adulteradas y magreadas por las diferentes oligarquías en su propio beneficio. Y es por eso, también, que la principal tarea del movimiento proletario, consiste en la DEPURACION Y PURGA de todo rastro caciquil y burgués en su propio seno y, por tanto, la destrucción de la infiltración más peligrosa y pegajosa, es decir, del izquierdismo.
Los proletarios han de producir una inversión dialéctica conmensurada con la agresión de la que son víctimas y comprender que, el comunismo no es más que el 'fascismo' aplicado contra los explotadores y busca su total exterminio en cuanto explotadores.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!