En las complicadas guerras y conflictos que sacuden o, más bien, constituyen Oriente Medio, los proletarios han de mantener la cabeza fría y agudizar su sentido dialéctico, para evitar perderse en causas y melodramas ajenos a la consecución de sus fines comunistas.
El régimen teocrático medieval iraní, con pretensiones de una modernidad nuclear y tecnológica que intenta achacar a la gracia de Dios y no a su verdadera causa, es decir, a los avances científicos y tecnológicos del comunismo ATEO de la Unión Soviética, ha mostrado su carácter anti-revolucionario no solo en las crisis de Irak (donde es evidente que facilitó la vida y colaboró con las tropas invasoras, en especial las británicas en el sur del país) o Siria (donde se ha convertido en pilar esencial de un régimen caníbal), sino, aún más importante desde un punto de vista proletario, en la larga represión y exterminio del partido comunista en Irán mismo. Pretender buscar, por tanto, 'compresión' y apoyo en las filas del proletariado comunista internacional para un régimen iraní, tan podrido, repugnante y explotador como el que más, solo demuestra la total confusión que el izquierdismo, esa basura sucedánea burguesa, ha conseguido sembrar en el mundo.
Es el deber de los proletarios el azuzar todo conflicto y guerra que pueda desencadenar la lucha de clases y la revolución en cualquier lugar del planeta, así como utilizar a sus enemigos en una estrategia de desgaste que pueda debilitarles y poner al descubierto sus contradicciones e incoherencias de clase y, de esa manera, crear las oportunidades para una toma de poder real, inmediata y presente, no futura, utópica e imposible, como la izquierda y sus amos burgueses pretenden.
En el conflicto nuclear de Irán, los proletarios debemos achuchar al sionismo (esa ideología de retrasados mentales, como acaba de demostrar el Primer Ministro Netanyahu en su discurso en la ONU), contra la teocracia y superstición iraní, con los claros objetivos de debilitar el socorro al sirionazismo, asestar un golpe estratégico contra los nuevos imperialismos reaccionarios de Rusia y China, demostrar el carácter laico, ateo y socialista de la ciencia y la tecnología y, no menos importante, extraer venganza por la represión y exterminio de nuestros camaradas comunistas de Irán.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!