Ante el brutal y, algunos dirían, merecido holocausto y exterminio de la cobarde e ignorante juventud cortijero-española, la mejor dominada y sodomizada de la historia, que ya asume y soporta con paciencia sadomasoquista cifras de más del 55% de paro sin rechistar, según las manipuladas estadísticas de la caciquía, las medidas que el desgobierno de la rama PP del PPSOE y sus sindicatos verticales y nazifascistas proponen, consisten en unos miserables incentivos, en forma de reducción de cotizaciones, para aquellos que intenten convertirse en empresarios cortijeros, es decir, en imitadores de los corsarios del Erario Público.
Sin duda, aunque en Cortijo-España las dudas nunca se desvanecen, entre las nutridas filas de lumbreras de tecnócratas ayunos e ignaros universicarios de la oligarquía, alguien se preguntará cómo se puede esperar que una masa infinita de parados que, a pesar de la deportación y huida de cientos de miles de ellos, sigue creciendo, pueda reducirse significativamente en un cortijo que, por definición, carece de una cultura empresarial digna de ese nombre, posee una casta política y cultural podrida y anquilosada, que niega cualquier oportunidad al talento o la mínima competición y copa todas la avenidas de posible desarrollo, un cortijo que cuenta con una estructura económica de 'rastrojo' y recolección, con un tejido 'empresarial' subdesarrollado, raquítico, anticientífico e hipercorrupto, con una educación profesional y universicaria de vértigo, cómo se puede esperar, decimos, que una empresa o cualquier otra cosa, crezca en tal erial, especialmente cuando a todo ello le añadimos una coyuntura de crisis internacional, crisis de crédito y políticas procíclicas despiadadas, es simplemente un misterio mariano.
Es obvio, sin embargo, que nos encontramos ante medidas propagandísticas, de ocultación y disimulo; un timo de la estampita contra incautos y enajenados, víctimas de la chabacana ideología liberal, destinado a entretener el entusiasmo y las energías de ciertos jóvenes e impedir su incorporación a la actividad política, la protesta y la organización revolucionaria, las únicas actividades que pueden garantizar verdaderos puestos de trabajo, progreso y emprendimiento.
El capitalismo, incluso cuando se trata del atrasado feudo-capitalismo de Cortijo-España, no recibe ese nombre en vano. Para ser capitalista, empresario capitalista, se necesita capital, algo que, por lo general, está fuera del alcance de la inmensa mayoría de las personas, especialmente de los trabajadores honrados y de los más vulnerables de entre ellos, los parados. Los cuentos del lechero que llega a presidente, son eso, cuentos y, además, solo podrían ocurrir en economías dinámicas y avanzadas, semi-socialistas, gigantes y llenas de oportunidades, como la de los EEUU. En Cortijo-España, gracias a la caciquía y sus políticas rastreras y antipatrióticas seculares, los cuentos de hadas y lecheros nunca han existido.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
