Friday, 1 February 2013

Revolución no es rebelión




Trabajadores, prisioneros en el 'cártel social' y restauración de la sociedad.

Aprovechando la primacía social conseguida fraudulentamente y a través del monopolio de la fuerza, las comunicaciones, la educación y demás instituciones del Estado, los explotadores han hecho creer a grandes capas de la población indefensa y honrada, que la revolución es sinónimo de rebelión, de actos antisociales, sediciosos y antipatrióticos, el patrimonio de una extrema izquierda alocada y necia, que busca el caos, la algarada y el desorden, como fines en sí mismos. Nada más lejos de la realidad, sin embargo. 

La revolución, a pesar de los estúpidos lemas de la izquierda majadera y liberal, NO es ninguna rebelión, sino el legítimo y justificado mecanismo de defensa, más o menos violento, puesto en marcha por la misma sociedad explotada, para intentar deshacerse de la hipercorrupta canalla que la saquea y extorsiona con la ayuda de sus aliados extranjeros. 

No son los ciudadanos y trabajadores revolucionarios los que, en un acto irracional de nerviosismo y excitación, deciden excluirse del trato social y sus leyes para conseguir las ventajas y privilegios de sus 'superiores'. Por el contrario, son los facinerosos explotadores los que, de forma constante, premeditada y violenta, aspiran a evadir el 'cártel social', en una versión perversa del 'dilema del prisionero', en la que los trabajadores y ciudadanos honrados están obligados, necesariamente, a elegir la única opción posible: la sociedad. 

A la destrucción de ese viciado juego de trileros o a la restauración del esencial orden de la sociedad, se le llama revolución.


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!