Wednesday, 22 August 2012

El Juramento de Hipócritas



El nazi-samaritanismo médico, versión disimulada del neoliberalismo extremo. 

El decreto del desgobierno oligárquico sobre la atención médica a inmigrantes indocumentados, ha desencadenado una pelea entre los caciques culpables y responsables de la criminal, sediciosa y genocida política migratoria liberal que ha sumido a Cortijo-España en el caos y la ruina más absoluta. 

Tras haber inundado el cortijo de manera apenas 'legal', paralegal e ilegal, saltándose todos los reglamentos y leyes, la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los millones de seres humanos desesperados, importados con el fin de pulverizar salarios y condiciones de vida de la población nativa, están siendo abandonados a su suerte (pero nunca repatriados, pues ello debilitaría la dictadura patronal sobre el trabajo), por unas élites rapaces que han secuestrado y llevado al Estado Español, siempre pagado por los trabajadores, a la ruina sufragando sus fiestas ladrilleras y subvencionando su inmigración endófoba. 

Entre los mayores culpables y organizadores de esa inmigración criminal, se encuentra un gran número de médicos y oo.nn.gg médicas, como las que hoy pretenden desobedecer al desgobierno que, no contentas con regalar servicios estatales de salud a los patronos en el interior del cortijo, han puesto tienda en el exterior, como la iglesia, para reclutar inmigrantes y enviarlos a Cortijo-España. Efectivamente, son esos contubernios de nazi-samaritanos con licencia de matasanos, los que han colaborado con los distintos desgobiernos caciquiles para atender la demanda infinita de servicios de salud que complementa, necesariamente, la importación a saldo de inmigrantes a-salariados, es decir, casi sin salarios. 

Bajo la tupida niebla creada por el prestigio y la intimidación de una profesión sobrevalorada y ultra-corporativista, asistimos a una operación más del liberalismo caníbal, en la que los médicos se han apoderado de la propiedad estatal y los limitados recursos que el Erario Público ha puesto a su disposición con fines muy determinados y no para traspasarlos a los explotadores de mano de obra barata, como si de otra subvención más al capitalismo se tratara. Es por eso que, estos nazi-samaritanos y sus amigos nazi-izquierdistas, por no hablar ya de los nazi-derechistas, confunden sus derechos y deberes ciudadanos, con su libre albedrío, su educación, técnica y saber hacer, costeados y transmitidos por la sociedad española, con su propiedad intelectual, su usufructo de los recursos estatales, con su propiedad o la propiedad común, con su obligación de apoderarse de ella y privatizarla. 

Así, no es extraño que, para enturbiar las aguas y ocultar la verdadera situación a los trabajadores que pagan el pato (y, recordemos, que ahora, en esta súbita conversión, la rama PP del PPSOE, solo busca transferir más subvenciones directamente a su casta y reducir los servicios públicos de forma encubierta, pues los inmigrantes ya han cumplido una buena parte de su función, destruyendo por saturación los servicios sociales y, además, son tan numerosos que no es necesario ni curarlos), siempre se acuda, de forma vaga e indefinida a los 'Derechos Humanos' y se silencien artículos como el 29, sobre los deberes hacia la comunidad, el 30, en un mismo sentido, el 22, que habla de miembros de la sociedad, en oposición a cualquier advenedizo o, incluso, el mismísimo 24, que, reforzado por la legislación estatal, exige descanso y disfrute del tiempo libre y, por tanto, impediría a nuestros nazi-samaritanos ejercer su santerismo fuera de su jornada laboral o apoderarse de los centros públicos de salud.

¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!