Los intentos de justificar las prácticas de censura con referencias a supuestas infiltraciones políticas, están condenados al fracaso. En primer lugar, porque NINGUNA organización o, incluso, 'individuo', puede garantizar su 'pureza' o falta de 'penetración' por parte del supuesto enemigo. Así, los EEUU, la URSS y otras potencias, a pesar de sus estrenuos esfuerzos y recursos dedicados a ello, nunca han podido o pudieron, deshacerse de ese 'riesgo'. Las demás organizaciones, inferiores en medios e inteligencia, no tienen, por tanto, ninguna esperanza en este sentido. Los partidos comunistas, asociaciones anarquistas, terroristas, etc... sin ir más lejos, están plagados de chivatos, saboteadores, agentes, etc... algo que, hasta cierto punto, ha permitido su destrucción, control, desmantelamiento o emasculación.
Pero, la misma concepción de infiltración y quién la controla, es polémica y ambigua, pues plantea cómo definirla y de qué manera y por quién ha de ser administrada. Es el típico caso de 'quién controla a un controlador que puede, él mismo, ser el infiltrado'. Es por eso que, la única manera de tratar este 'fenómeno burgués' de la 'infiltración', es MAS LIBERTAD DE EXPRESION, dependiendo, claro está, del ámbito en que se aplique (Estatal, militar...).
La concepción burguesa de la libertad de expresión, a la que muchos parecen adherirse a pesar de sus afirmaciones en sentido contrario, es una forma de censura elitista y oligárquica, es decir, intenta imponer el control y la sumisión de una MAYORIA de la población que, por lo general y debido a la apropiación explotadora de los recursos, no tiene acceso o medios para entrar en la batalla dialéctica.
La concepción proletaria, por el contrario, intenta 'revolucionar' ese estado de cosas, restringiendo, si fuera necesario, el acceso de la clase burguesa a unos medios de comunicación que siempre ha dominado y facilitando, de forma extrema, el acceso a los medios de expresión de los trabajadores, que constituyen la mayor parte de una población que ha estado alejada artificialmente de esos medios.
A pesar de lo que muchos puedan pensar, los proletarios no tienen miedo a la polémica con la burguesía y los explotadores, por el contrario, buscan activamente entablar un diálogo-batalla con esos explotadores, en IGUALDAD de condiciones, pues es en la guerra dialéctica en la que se desarrolla la conciencia proletaria. La censura, es una castración del contrario y, por tanto, no permitiría un refinamiento verdadero y científico de las posiciones proletarias. Es la lucha de los contrarios la que permite la REVOLUCION, su afianzamiento consciente y profundización. Además, es esa libertad de expresión proletaria, la que deja sin sentido y supera, las tácticas de infiltración de los explotadores, invalidando así, sus conspiraciones, traiciones y demás chanchullos y trapicheos secretos.
Sin lugar a dudas, lo que más molesta y preocupa a los explotadores, es más y mejor libertad de expresión y más y mejor democracia, como internet demuestra, una y otra vez.
Proletarii vsekh stran, soyedinyaytes'! - Proletarier aller Länder, vereinigt euch! - ¡Proletarios de todos los países, uníos!
¡Guerra de clases!¡Caciques al gulag!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
(European Communist Party, in Facebook)