De la destrucción de la democracia.
Solo puede ser un símbolo de la necesaria y constante degeneración a la que nos empuja el capitalismo, el que la destrucción de la democracia y el retorno a la esclavitud, se hayan iniciado en las que fueran las metrópolis de la Antigüedad Clásica. Grecia e Italia, Atenas y Roma, el Agora y el Foro, son abandonados a su suerte, por un degenerado populacho que aplaude con fervor y no condena, su nueva condición de esclavos.
Esta abyecta y despreciable rendición de la soberanía popular, sin resistencia digna de mención, materializa la traición de las élites rapaces contra su bestializada ciudadanía y confirma el descenso al reino de las cosas, de una población completamente entregada a la sodomización, técnica y literal, de los amos.
Constituciones, elecciones, referéndums, mandatarios, manifestaciones y encuestas, antaño formas y medios de expresión de la voluntad de la nación, son vejados, violados y sacrificados sin descanso o recato, bajo la abúlica mirada de una chusma que no solo ha perdido toda capacidad de resistencia, sino que encuentra una perversa satisfacción en la sumisión al látigo, el ultraje y el exterminio de la democracia.
N.B: Censurado en Kaosenlared.net y Publico.es
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