Una monarquía bolivariana más en América Latina.
Una tras otra, las repúblicas bananeras de América Latina, masacradas y pulverizadas por las oligarquías más repugnantes del planeta, a excepción de la de Cortijo-España que las dio origen, buscan la satisfacción de sus frustraciones constitucionales en nefastos regímenes bolivarianos, en su sentido más literal.
El programa de estas dictaduras oligárquicas populistas, que no populares, cumple con las exigencias aristocráticas y paternalistas del cacique criollo Bolívar, a saber, presidencias vitalicias e irresponsables, puestos políticos hereditarios, racismo intrínseco contra la población sudamericana, a la que se considera incapaz de decidir su propio destino, desprecio a las leyes y constituciones, elitismo y aristocracia, es decir, todo por el pueblo, pero sin el pueblo.
Hoy, es más que evidente que los ataques al imperialismo americano, que saturan todas las declaraciones de este anodino bolivarismo, no son más que estrategias propagandísticas e infantiles que pretenden ocultar la culpa de las sociedades y jerarquías locales.
La revolución en Nicaragua, se ha perdido en un laberinto ideológico y práctico, en un marasmo que encuentra fiel reflejo en las arbitrariedades políticas y personales del Presidente Ortega y que incluyen acusaciones de pedofilia, catolicismo político militante (¿Nacionalcatolicismo?), instauración fraudulenta del 'bipartidismo', apropiación de latifundios, corrupción, alianza con el líder contra Carazo (vice-presidente), control de las instituciones electorales, instauración de una presidencia 'vitalicia', etc, etc...
La salida del atraso y la conquista de la democracia y el socialismo en América Latina pasa, necesariamente, por el abandono y la destrucción de las ideologías oligárquicas en cualquiera de sus formas, especialmente de aquellas que, como el bolivarismo, toman fraudulentamente el disfraz de la causa popular.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
European Communist Party