China es un gigante con los pies de 'barro' que intenta defender una economía de exportación relativamente frágil y que depende de la buena voluntad de los trabajadores de Occidente, sacrificados por sus oligarquías para reconstruir el Imperio Chino en agradecimiento por la traición que permitió la derrota de la URSS. A pesar de sus enormes 'avances' y reservas de dinero, conseguidos con la formidable explotación de millones y millones de trabajadores, la contaminación más brutal, la emigración masiva y el dumping planetario laboral y comercial, China aún depende, económica y tecnológicamente, de Occidente, por lo que podría haber sido prematura en su ataque financiero. Sin embargo, muchos trabajadores occidentales han despertado y están provocando el pánico entre la oligarquía globalista internacional. El status quo actual, es decir, la profundización de la globalización esclavista, solo puede tener un ganador, China. Si Occidente quiere sobrevivir tendrá que luchar y enfrentarse al Nuevo Imperio Chino.
comité espartaco