La canalla caciquil en rebelión permanente contra la democracia.
A pesar de la masiva propaganda, la movilización y respaldo de todos los mecanismos de un Estado Español secuestrado y el puro descaro y violencia facinerosa de la corrupta y depravada caciquía, los ciudadanos y trabajadores españoles y extranjeros han de tener claro que, no son sus justas e indignadas protestas y reivindicaciones las que quebrantan un sistema democrático construido con su sangre, su sudor y sus lágrimas, sino que, por el contrario, es la oligarquía rapaz la que se sitúa fuera de la legalidad democrática, la que, de manera golpista, está tergiversando, manipulando, adulterando y destruyendo el orden constitucional, los mandatos electorales, la legalidad del Estado de Derecho, la justicia, la igualdad y las diferentes libertades y derechos ciudadanos. Es la corrupta caciquía y sus lacayos, los que han elegido agredir a la mayoría de la inerme población, situándose al margen de la sociedad y socavando todas las normas de la vida civilizada, robando, saqueando, despilfarrando y destruyendo, la propiedad pública y privada de los trabajadores, así como integridad física y moral de los millones de personas a las que obligan a emigrar o a permanecer en el paro, para mantener vivo su improductivo sistema de corrupción y explotación. Es la envilecida y deleznable caciquía la que se encuentra en violenta rebelión contra un pueblo que, aún, no ha encontrado la manera adecuada de defenderse contra estos criminales, sediciosos, ociosos, ineptos, pervertidos y amariconados caciques, pero que, paso a paso, se mueve instintivamente hacia el ineludible destino que marca la expropiación de los expropiadores.
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!