La dominación de clase se ejerce, entre otras formas, a través de la segmentación de la sociedad en derecha e izquierda, imágenes especulares la una de la otra y términos de un péndulo político cuya función no es la de marcar el tiempo, sino la de pararlo, es decir, preservar y reproducir la hegemonía de las élites.
La izquierda es especialmente dañina y peligrosa para todos, pues constituye un Caballo de Troya en el seno mismo del proletariado, clase mayoritaria y única que puede destruir el sistema de explotación capitalista. Los lemas de la izquierda son, adecuadamente, el mañana, el futuro feliz; un mañana y un futuro, que nunca llegan y que siempre se retrasan indefinidamente. La izquierda es el Castigo de Sísifo hecho realidad, la astucia y el azote de un Capital que busca su reproducción infinita en la falsa apariencia de una meta asequible.
Es un craso error pensar que hay una izquierda de la izquierda; una izquierda verdadera y justa. A la izquierda de la izquierda, no hay nada, solo mas izquierda, un ciclo infinito de impotencia y frustración.
El primer acto por el camino de la liberación, acto revolucionario en sí, es, por tanto, la destrucción electoral de ese Caballo de Troya que atenaza el verdadero poder de los trabajadores y su capacidad para producir el necesario consenso proletario, que la justicia y la igualdad requieren.
N.B: Censurado en Kaosenlared.net
¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
European Communist Party