La globalización es, en esencia, un gigantesco proceso de expropiación de las poblaciones del planeta y su propiedad, pública y privada, acumulada por generaciones de trabajadores.
Como si de un nuevo proceso de 'Highland Clearances' se tratara, el capitalismo liberal, se ha lanzado en una nueva carrera infernal de desahucios, expropiaciones y migraciones a escala global, de una intensidad y número jamás vistas en la historia. Una nueva era de acumulación 'primitiva' capitalista, es decir, robo, expolio, desfalco y saqueo de la riqueza común de los pueblos, de la propiedad privada de gran parte de la humanidad y de la riqueza natural de todo el ecosistema terrestre.
Por medio de medidas económicas de carácter liberal, salidas de las descripciones más lúgubres y exactas de las obras del socialismo científico, el capitalismo de hoy en día se basa en la apropiación de la riqueza acumulada por el trabajo en forma de erarios públicos, sistemas de protección social y de salud, robo de impuestos y pensiones y deuda pública.
Para paliar los efectos improductivos e ineficaces del sistema de saqueo, así como para reducir los salarios de los trabajadores, el capitalismo ha puesto en marcha, literalmente, a los pueblos de la Tierra, vertiendo millones de trabajadores en las corrientes migratorias que recorren el planeta, obligando a abandonar sus lugares de origen a millones de personas en busca de oportunidades.
En un proceso de proletarización total, la emigración sirve un doble propósito, a saber, la eliminación física en forma de exportación de las posibles fuentes de descontento social y, al mismo tiempo, la reducción de los salarios y la organización y solidaridad de la clase obrera internacional.
Además, en un proceso tan oscuro, como falso, la promoción ideológica, política y económica de la 'actitud' empresarial y el trabajo autónomo es, efectivamente, otra vía de proletarización, a corto y medio plazo, de un gran número de personas que, estadísticamente, no tienen la más mínima posibilidad de éxito con sus 'empresas' y que, por tanto, acabarán con certeza engrosando las filas de los expropiados, como los accionistas y pequeños empresarios de la URSS y los países socialistas, muestran.
Esta estructura de expropiación y explotación, erigida por el capitalismo contemporáneo con la ayuda de la izquierda infiltrada en el seno de la clase trabajadora, solo puede ser superada, en un sentido socialista, con la lucha y la organización de un partido verdaderamente proletario que haga posible, de una u otra manera, la toma del poder del Estado.
Proletarii vsekh stran, soyedinyaytes'! - Proletarier aller Länder, vereinigt euch! - ¡Proletarios de todos los países, uníos!
¡Guerra de clases!¡Caciques al gulag!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
(European Communist Party, in Facebook)
