La dominación liberal de Cortijo-España, ha convertido a la unidad familiar en un mecanismo más de la expropiación capitalista; un engranaje infernal con el que el expolio y la confiscación de los productos del trabajo de generaciones enteras, es promovido y facilitado de forma oculta e inconsciente, bajo coartadas sentimentales y afectivas, pero no menos despiadadas y destructivas.
Creando unas relaciones de dependencia involuntaria prácticamente indestructibles, la individualidad de las personas ha sido aniquilada en favor de un grupo que extiende la fase infantil del desarrollo humano hasta la casi totalidad de la existencia y facilita la explotación del trabajo, soportando y suavizando los efectos más obvios y drásticos de la reducción de salarios, la especulación inmobiliaria, la falta de acceso al crédito, el robo y destrucción de servicios públicos, el terror del desempleo, el aburrimiento social, etc, etc... Todo ello, sin embargo, se consigue a un altísimo precio, material y humano, con la destrucción de la sexualidad, la vida independiente, el desarrollo personal y psicológico y, muchas veces, el desequilibrio mental.
La familia cortijera permite así, la comisión de los excesos más repugnantes del capitalismo sin demasiado riesgo de conflicto social, liberando recursos para la expropiación generalizada, absorbiendo las causas de conflictividad y transformándolas en conflictos familiares y personales, es decir, exonerando al mismo capitalismo de sus crímenes. La familia cortijera, un timo capitalista perfecto.
Proletarii vsekh stran, soyedinyaytes'! - Proletarier aller Länder, vereinigt euch! - ¡Proletarios de todos los países, uníos!
¡Guerra de clases!¡Caciques al gulag!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!