European Communist Party
IU ha asumido el discurso antiliberal como estrategia propagandística oportunista.
Una de las características más llamativas de este discurso es que apenas concreta que significa el anti-liberalismo. De hecho, los izquierdistas ignoran que la izquierda social demócrata radical y nominalmente comunista (esta desde los años 70), no sólo se encuadraban en el neoliberalismo y los diversos social-liberalismos, y que incluso creó el neoliberalismo a finales del XIX, sino que ha evolucionado al neoliberalismo más ultramontano. IU es un partido neofascista, corporativista, interclasista y con una doctrina mucho más reaccionaria que el de una Falange clásica que tuvo que desarrollar un programa muy avanzado para robar adhesiones al marxismo. Es un partido pequeño-burgués. Y además un partido de fracasados, porque la pequeña empresa ciertamente domina el tétrico panorama económico de España y crea casi el 90% del empleo –si bien, lo que nunca dicen los neoliberales tan amantes de la microeconomía es que también genera el 87% del desempleo en tiempos de expansión burbujera…
IU se dice neoliberal, pero plantea transferir dinero de los trabajadores para perpetuar políticamente un sistema de libre mercado inviable que ni siquiera es libre; y para mantener con dinero obrero al empresario más fracasado e incapaz. Ya lo advirtieron los fundadores del marxismo. La empresa capitalista intentaría perpetuarse en su decrepitud absorbiendo todos los recursos disponibles. Y así, Engels explica la hipocresía cimera de los ideólogos capitalistas, según la cual: “la explotación de la clase oprimida es ejercida por la clase explotadora exclusiva y únicamente en beneficio de la clase trabajadora; y si esta última no lo reconoce así y hasta se muestra rebelde, esto constituye por su parte la más negra ingratitud hacia sus bienhechores, los miembros de la clase explotadora”.
Es inmoral compartir que IU defienda intereses neoliberales de facto contra los trabajadores anti-liberales, pero que las propuestas de IU vayan a ser impuestas por el PP si gana las próximas elecciones precipitará el derrumbe de un sistema inviable con un malestar aún mayor entre la población trabajadora a la que se obligará a cargar con el peso muerto y destructivo de la pequeña empresa. Los neofascistas juegan a favor de la aceleración de la revolución siempre pendiente.
