La caciquía fomenta la confrontación étnico-religiosa para camuflar su desgobierno.
La prohibición del rezo público contra los musulmanes, importados por la propia caciquía para reducir los salarios, derechos y deberes de los cobardes nativos, no es más que un descarado y grosero intento de azuzar las rivalidades y disputas entre las diferentes comunidades de una Badalona que, como el resto de Cortijo-España, sufre las lógicas y esperadas consecuencias de la conspiración y alta traición de la oligarquía y sus desastrosas políticas migratorias.
Hoy, tras haber inundado este despreciable cortijo con millones y millones de inmigrantes de todo el mundo para reducir a polvo y esclavitud a unos trabajadores españoles que, todo hay que decirlo, se han dejado violar, orinar y defecar con impunidad, complicidad y pasividad, la canalla caciquil quiere levantar el espectro de la guerra religiosa y racista entre esos engañados trabajadores y, así, relajar la presión popular sobre su corrupta y depravada existencia.
Pero algo es cierto, es necesario, imprescindible, averiguar las direcciones y domicilios de aquellos caciques y sus cómplices (oo.nn.gg, abogados, iglesias, alcaldes, concejales, doctores, ministros, etc, etc, etc...), que han hecho posible y llevado a cabo este fraude migratorio y hacerles pagar, con sus bienes y personas, por los daños y perjuicios causados, no ya a la nación, sino al mundo entero.
En un torbellino de liberalización extremista y golpista, los caciques de Cortijo-España se disponen a saquear las últimas empresas públicas, es decir, las únicas eficientes y productivas de un tejido económico cada vez más atrasado, entre la confusión creada por el caos financiero que tanto les beneficia y la corrupción moral, política y social de la nación.
Aplicando las ya conocidas fórmulas del fracasado y criminal 'thatcherismo' británico, que consiguió hacer del país que inventó el ferrocarril el paraíso de la desinversión, del atraso tecnológico y organizativo de ese sector clave y que, además, costó numerosas muertes de pasajeros y trabajadores en accidentes directamente relacionados con la privatización improductiva y rentista de los jugosos haberes públicos, la caciquía cortijero-española, en su ansía del pillaje que la mantenga solvente ante su desastroso desgobierno y sistema de explotación, se prepara a transferir la golosa RENFE a sus parientes y amigotes.
Este último acto criminal, no es más que la expresión del canibalismo practicado rutinariamente por unas élites ignaras y arrogantes, incapaces de concebir una economía que vaya más allá de la recolección y la rapiña de la propiedad comunal. Esto es el Feudo-Capitalismo, o sea, un capitalismo estancado en su fase de acumulación primitiva y violencia extrema.