Saturday 29 October 2011

AUSTERIDAD RADICAL: DEL SENTIDO COMUN AL CULTIVO DE LAS SEMILLAS DEL GENOCIDIO

Autor: European Communist Party

"Ya lo hicimos en el pasado cuando llegamos al gobierno con un 22 por ciento de paro y lo habíamos bajado al 10 por ciento al irnos", ha recordado Rajoy, quien también ha hecho una apuesta decidida por la "austeridad" porque "nadie puede vivir por encima de sus posibilidades y mucho menos una administración".

El candidato del PP nos trata como a mentecatos. Al parecer, se presenta como el único que desconoce que la creación extraordinaria de empleo de pésima calidad en su anterior etapa de gobierno deriva exactamente del hinchado de una burbuja financiera sobre un crecimiento disparatado, fraudulento y anárquico del sector con menos valor añadido, el ladrillo. Lejos de arrepentirse de sus pasadas políticas económicas profundamente irresponsables y destructivas, nos vuelve con un proyecto análogo envuelto en triunfalismo para imbéciles y canallas. Pero esta vez, inflar la burbuja (probablemente ladrillera, porque su capacidad no da para más y no hay donde mejor se pueda explotar a la población, salvo la alimentación) incorpora una dosis de abyección adicional: se trata de expoliar el Estado social, democrático y de derecho para estimular, junto con la reforma, o degradación, salarial, la inversión privada que, tras varios años de austeridad creciente, no han hecho otra cosa que disminuir.

A Rajoy y los suyos no les gusta que se viva por encima de las posibilidades, “y mucho menos una administración” –es decir, los ricachos y golfos varios privados, están menos mal vistos cuando despilfarran y crean deudas impagables del 400% que hunden la economía y el Estado, que antes de la crisis financiera estaba en superávit. No obstante, si Rajoy suprime o recorta -junto con la reducción de derechos laborales y volumen salarial- servicios sociales como educación, sanidad, empresas y empleos públicos, seguros por desempleo, transporte o asistencia letrada, empobrecerá a la población (además de robarla). Entonces los neofascistas neoliberales nos argumentan la vieja fórmula por la que mayores recortes públicos significan menos impuestos para los “creadores de empleo”, y que, junto a reformas anti-laborales (bajos salarios), la inversión privada creará más población ocupada y con salario, lo que compensará los recortes. Independientemente de que, en la práctica, desde R. Reagan, esta fórmula se haya positivamente demostrado como falsa, generando las deudas del Estado sin financiación fiscal que ha sido un factor primario entre las causas de la crisis fenomenal que hoy sufrimos, la estrategia supone, en esencia, un constante e imprescindible recurso a la disminución de salarios y rentas salariales indirectas (servicios sociales públicos o privados) con que sostener el estímulo inversor privado -y, cada vez más, en industria de escasa productividad (e inversión) que no se base en explotación del trabajo.

Las políticas de este tipo precisan contrarrestar la tendencia a la desinversión con más empobrecimiento de la población asalariada, parada o pensionista, porque nunca se llega a una situación de oferta de empleo que supere a la demanda –los capitalistas dejan de invertir cuando los costes salariales comienzan a aumentar en lugar de disminuir. Estas políticas, como en la época de Aznar (y Zapatero), utilizan la inmigración masiva clandestina y el mercado negro para impedir la escasez de parados y demandantes de empleo; para reducir los costes laborales y forzar la inversión, pero siempre a costa de la población general.

"No se puede vivir por encima de las posibilidades", es la frase tomada del sentido común más chabacano y fruslero del pensamiento cotidiano, del parecer cotidiano más distraído ampliado a las coyunturas superficiales; pero hoy, absurdamente sublimada a divisa central del proyecto político neofascista con objeto de salvar una economía y sociedad modernas e industriales del siglo XXI.

Si las políticas de austeridad se basan en el empobrecimiento de la mayoría de la fuerza de trabajo del país para crear empleo, esto equivale a mermar sus posibilidades de subsistencia, lo cual no cuadra muy bien con la intención del líder del PP, Rajoy, por evitar que la gente viva por encima de sus posibilidades. Esto es muy sospechoso y grave, porque si Rajoy hace proliferar con sus austeridades públicas los necesitados de ayuda extra porque por sí solos no tienen posibilidades de subsistencia, y a causa de que, además, se ha ocupado con antelación de que el Estado no pueda subvenir esas necesidades… a Rajoy no le puede quedar más que la caridad privada y de la Iglesia –que sólo traslada el problema de la subvención del vivir por encima de las posibilidades de los pobres, pero no lo elimina.

Por mucho que interese a la derecha católica y a la Iglesia vaticana, la caridad, sufragada también con más partidas públicas para más contradicción, sería una alternativa que no resuelve lo que es el fin sobre el que se asienta su proyecto político: hacer que la ciudadanía empobrecida viva con arreglo a sus propias posibilidades. Por lo que, el Sr. Rajoy o el proyecto del PP, nos están deslizando la única alternativa coherente con su filosofía política o proyecto: la aniquilación de los excedentes humanos incapaces de sufragarse su existencia en la economía de libre mercado.


Workers of the World, Unite!

¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!

(European Communist Party, in Facebook)

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