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Friday, 25 January 2013

Mañana, mañana



La futurología económica de la canalla caciquil. 

Es común, entre la hipercorrupta caciquía y sus viles lacayos, el justificar su dominio y desgobierno sobre los trabajadores a los que explotan, con la filfa de su saber hacer, su cualificado monopolio de la sabiduría tecnológica, política y económica, las maravillas de su profesionalismo, la inaudita eficacia y bondad de su tecnocracia, la portentosa visión de sus caudillos o la presciencia de sus universicarios, ignorantes expertos y degenerados líderes. 

Las previsiones de esta incapaz y experta morralla y su despreciable y pervertida 'ciencia' económica y empresarial, sin embargo, están necesariamente en constante revisión y corrección, superadas por una realidad que intentan eludir y ningunear con fines propagandísticos en defensa de la explotación. 

Monarcas, presidentes de desgobiernos, ministros, secretarios, subsecretarios, profesores y técnicos de todo pelaje y condición, hacen cálculos y previsiones sobre un presente, un pasado y un futuro que, si no fuera por la fuerza de sus armas y crímenes, hace mucho que se les habría escapado. Pero, si las manipuladas cifras que constantemente defecan sobre los atolondrados e indefensos ciudadanos y trabajadores, desmienten sin cesar sus alucinaciones liberales, desde las más enfermizas a las más modestas, no importa pues, ni cortos, ni perezosos, fabrican más o amplían el horizonte de previsión; si no a un convenientemente indefinido corto plazo, a un no menos indefinido medio plazo y, si no a medio plazo, al misterioso e indeterminado largo plazo y si, aún así, yerran de nuevo, como necesariamente lo hacen, dicen mañana y, si no, mañana y, si tampoco es así, mañana y, si el mañana les desmiente de nuevo, dicen mañana y, como el mañana siempre les deja en ridículo, dicen mañana o mañana... o mañana... o mañana... 

Mañana, ese futuro que nunca llega, esa es la clave de la explotación feudo-capitalista. Mañana o la vana esperanza de una mejora y progreso en la condición de los explotados. Mañana, la piedra filosofal de los partidos políticos de izquierdas y derechas. Mañana, mañana... Pero, como diría Keynes, 'mañana, estamos todos muertos'... Mañana, mañana...


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!

Sunday, 3 June 2012

¡¡¡Viva la Crisis!!!



Ensayo Proletario contra Paul Krugman y el Keynesianismo.


La burguesía y sus univer-sicarios, incluso los más progresistas y avanzados, están atrapados en un 'Orden Inverso', una confusa e intrincada curvatura espaciotemporal de un pervertido universo, creada por el propio peso de su sistema explotador y que les impide reconocer las necesarias restricciones y exigencias que dictan el desarrollo y muerte de un capitalismo condenado, al que solo quieren socorrer y redimir. 


La crisis actual, que golpea con extrema dureza a los eslabones más débiles de la cadena de explotación planetaria, Irlanda, Grecia, Portugal, Italia y Cortijo-España, es una crisis sistémica y no un capricho o milagro de la naturaleza que desaparecerá rezando avemarías, encendiendo cirios a San Pancracio o, lo que es lo mismo, tratando de convencer, entre copas de champán y canapés, a magnates filántropos y estadistas virtuosos, en foros y debates en boga, de la bondad de las medidas keynesianas.


La mentalidad del tecnócrata, del experto, del ser ultra-especializado, que resuelve los problemas de una humanidad ignorante y obstinada con las cuatro encantaciones de su 'ciencia' mágica, es una alucinación burguesa más que desprecia y olvida la bestia negra de los explotadores: la guerra de clases. 


A estas alturas, poner en duda que los sistemas de bienestar y desarrollo económico de Occidente (y muchas otras regiones del planeta), la democracia y sus diversas libertades, han sido producto de la insistente, tenaz, valerosa y sangrienta presión de millones de trabajadores de todo el mundo (especialmente de la URSS), contra el Moloch capitalista y sus diversos métodos de explotación (feudal, esclavista, etc...), es hacer gala de una candidez rayana en la locura o la connivencia. Así, el mismísimo keynesianismo, no es más que un parche burgués, una respuesta aterrada a un proletariado en revolución y rebeldía; una derrota táctica, una retirada estratégica ante el peligro de revolución y socialismo proletario; una concesión temporal para salvar el culo y el cuello del burgués; un reconocimiento oculto de la supremacía intelectual y práctica del marxismo y, en definitiva, una forma de capear el temporal obrero y contemporizar hasta que se consiga su derrota de una u otra manera.


El keynesianismo no es una elección y mucho menos una preferencia académica, sino una imposición proletaria, comprada con sangre, sudor y lágrimas de unos trabajadores que estaban dispuestos a jugarse el tipo ante la canalla burguesa y caciquil. Por eso, esperar a que algún iluminado nos salve con su filantropía y bondad altruista, aplicando las consabidas fórmulas del Estado del Bienestar (reducido, claro, pues hoy no existe Unión Soviética que amenace), es un sinsentido que solo puede acabar recomendando más explotación, es decir, menores salarios y más esfuerzo a los trabajadores, la medida capitalista 'par excellence' y que, en Cortijo-España en particular, se ha venido aplicando con furiosa insistencia desde los Pactos de la Moncloa de 1977, con los que los trabajadores compraron, literalmente, la democracia caciquil en la que vivimos y que ha continuado reduciendo, salvaje y constantemente, las rentas de los salarios de diversas maneras, entre las que destacan la inflación, los impuestos directos e indirectos y, sobre todo, la importación de mano de obra esclava, es decir, la inmigración endófoba, anticonstitucional y criminal. 


Esta crisis, sin embargo, ha puesto de manifiesto la podrida estructura sobre la que se basa la explotación capitalista y feudo-capitalista; la corrupción, la improductividad, la ineficacia, la dilapidación de recursos, la destrucción ecológica, la fuga de capital humano, la desinversión, la ineptitud e incapacidad de las élites y sus mercachifles y, ante todo, el robo y saqueo de una Hacienda Pública secuestrada que garantiza todo el sistema capitalista. Esta crisis es una oportunidad para deshacerse, de una vez por todas, de la canalla explotadora, una ocasión de oro para revolucionar el planeta y avanzar por la senda de la democracia y el socialismo proletario... ¡¡¡Viva la Crisis!!! 


N.B: Censurado en elpais.com y kaosenlared.net

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