Wednesday 28 September 2011

LOS AVANCES EN DERECHOS INDIVIDUALES EXTENDIDOS: OBRA COLECTIVISTA


Modos de explotación creciente de la población española por sus oligarquías.

Ironías de la vida (y la propaganda ideológica): los estados con más socialización de los recursos y, por tanto los más alejados del modelo neoliberal de iniciativa individual y propiedad privada, los escandinavos, son los que proporcionan más derechos individuales comprobados y positivos. Por eso sus jóvenes se van en masa de sus casas familiares a realizarse y a vivir una vida mejor, más cómoda, más atractiva, satisfactoria y exitosa en todos los sentidos, con la gran ayuda de una sociedad globalmente mucho más justa, participativa y democrática que la española.

Viceversa, las poblaciones de los países con menos peso colectivista, como España, son las que más deben conformarse, en un increíble 30% más (aunque la realidad no expuesta a las estadísticas debe ser aún más bochornosa) a la terrible situación de dependencia, negación de su persona individual, estrechez y con el reparto forzado entre pobres que significa recurrir al auxilio familiar en una sociedad más pobre, fracasada, llena de jóvenes sin emancipar, incapaces de sustentarse y sin expectativas de prosperar. Y los que niegan este gran problema sólo intentan proyectar su asqueroso estilo de vida de ricacho a la mayoría modesta del país -porque la gente debe saber que quien intenta desmoralizar y ocultar que los jóvenes están en familia mayoritariamente por motivos económicos con el argumento de la vangancia y la buena vida, no están más que trasladando sus vidas ociosas e infantilizadas de burgueses reaccionarios a una realidad social precaria que no conocen y no quieren reconocer, porque viven de esta miseria precisamente.

Parecido con la natalidad: los españoles físicamente (y relativamente en formación) más fuertes y capaces para el trabajo y la procreación, los jóvenes, son los más incapaces de contribuir a la renovación generacional y a mejorar la situación de sus mayores. Al contrario, el sistema los ha convertido en sexualmente infantiles, casi impotentes y estériles, en un lastre para sus progenitores de salud más precaria y las generaciones más exprimidas durante una larga y penosa vida laboral. En contraste, un exceso de jóvenes nacionales y extranjeras mantienen relaciones con viejos y jóvenes de clases altas, también impotentes o saturados, pervertidos, genéticamente y sexualmente tarados, en pos de recompensa económica.

Sólo con la ayuda de los padres, gran parte de la juventud modesta está bajo techo; sólo con ayuda desinteresada y protectora de terceros son capaces de adquirir una vivienda (33%); únicamente con el trabajo, el ahorro, la seguridad dineraria y la cesión de liquidez al 0% de interés y a fondo perdido están en disposición de crear un hogar… precario.

Por supuesto, la familia ordinaria está cada vez más hundida por estos abusos; por eso, a la vez que última tabla de salvación, es un infierno para la supervivencia precaria y fuente de conflictos y psicopatologías; además es un resorte de las oligarquías para conculcar derechos a jóvenes y ciudadanía explotada en general.

Lo más irónico aún no es lo dicho, sino que, muchos (no todos) de estos parias de facto reniegan del colectivismo, difaman el Estado social, reniegan de toda IDEA de economía y servicios públicos, abjuran como demonios del socialismo objetivo, abominan de cualquier propuesta de propiedad común, ensalzan a ultranza la propiedad privada, sólo conciben un lenguaje, filosofía, relaciones, fin en la vida rabiosa e insolentemente individualistas, elitistas y mercantiles. Alaban y admiran a sus amos y a los ricachos, son codiciosos y les hacen coro a los tiranos políticos y empresarios que intentan arrasar todo estado de bienestar, es decir, a ellos mismos.

Esta es la realidad farsante de la ideología y el orden neoliberal hegemónicos que nos son impuestos con la aquiescencia de muchos bobos inmorales.