Tuesday 22 January 2013

Zapaterismo en América




Mariconismo, feminismo, pacifismo, esquirolismo. La socialdemocracia, vanguardia de la reacción, sigue su ataque internacional contra la clase obrera. 

En su nueva fase de agresión a los trabajadores del mundo, las oligarquías internacionales siguen contando con la traidora socialdemocracia y las no menos traidoras izquierdas varias que, con grandes medios financieros y mediáticos y trucados sistemas electorales, aún consiguen hacerse con las riendas de los gobiernos de grandes países. 

En los EEUU, la labia y retórica del telepredicador Obama (o más bien 'Obambi'), no ha podido ocultar a gran parte de la población (nótese el descenso de un 60% en la asistencia a la nueva pamema de inauguración presidencial), la ineficacia e incapacidad de una administración sin resultados dignos de mencionarse, tanto en la lucha por los recursos entre las clases, como en la defensa de los derechos humanos más fundamentales (Guantánamo). 

Ante tal desolador panorama, 'Obambi' y su equipo de pedantes 'multiculturales' burgueses, se han lanzado por la típica senda 'zapateril', también seguida con asiduidad en Francia, es decir, la tergiversación y defensa a ultranza de los supuestos derechos civiles del mariconismo militante (nazimariconismo), el feminismo machista (nazifeminismo), el pacifismo sobón (nazipacifismo) y, como 'pièce de résistance', el esquirolismo inmigrante (nazismo a secas). 

El nuevo plan de la canalla que sigue en el poder en América, consiste en crear, bajo la coartada del avance de unas libertades y derechos ciudadanos vacíos, nuevas castas de privilegiados que fragmenten, aún más si cabe, la solidaridad de los trabajadores y las clases bajas, creando una segmentación social indefinida que haga imposible toda resistencia organizada contra la explotación y el abuso. 

Así, a los maricones (que no homosexuales), se les otorgará, por narices, el acceso aventajado a derechos incompatibles con su condición sexual. Las arpías feministas, es decir, las mujeres burguesas sedientas de más poder e influencia sobre los trabajadores, serán promovidas por decreto. Los esquiroles o inmigrantes, importados e impuestos a la fuerza y por la violencia más descarada por los patronos y explotadores, serán protegidos y legalizados sin más miramientos y, para que no quede duda de quién tiene la sartén por el mango, los hasta ahora ciudadanos de los EEUU, serán desarmados y privados del acceso a las armas que les garantizaba su Constitución, por si acaso pudieran soñar en una resistencia armada para defender sus derechos. 

En esta nueva distopía social-liberal, socialdemócrata y esencialmente burguesa, los trabajadores pulularán desnudos por las calles, intentando esconder sus golosos culos de los explotadores más despiadados y agachando sus cabezas ante las soberbias miradas de las mujeres de sus amos...


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!