La Esencia Antimarxista del Feminismo.
Entre las artimañas y estrategias que los explotadores utilizan en su encarnizada lucha contra el movimiento obrero y la ciencia exacta marxista, destacan los intentos de destrucción o división del proletariado basados en el fenotipo humano y, muy especialmente, el género o características sexuales de la población a la que se intenta dominar. Se busca así, mediante un crudo primitivismo ideológico, suprimir, anular o erosionar la posible cohesión de clase de los sujetos a explotar, recurriendo a sus obvias y, supuestamente, 'irreducibles' diferencias biológicas y sexuales.
En la viciada atmósfera de la guerra de clases, sin embargo, la burguesía no siempre puede utilizar métodos directos en la consecución de sus fines y ha de crear instrumentos más sutiles que garanticen su supremacía. El feminismo, o mejor aún, el nazifeminismo, como la izquierda traidora a la que está íntimamente relacionado, es uno de los métodos antimarxistas más ampliamente utilizados en ese sentido.
Basado en una inversión dialéctica común entre los explotadores, el nazifeminismo, se proclama, como es habitual en estos casos, defensor y adalid de la igualdad, la libertad, el derecho y el progreso pero, en realidad, su 'igualdad' no es más que la igualdad de las arpías burguesas y esclavistas para conseguir posiciones de mando; su libertad y derecho, no son más que los del antiguo régimen, es decir, no la libertad y el derecho general, sino el privilegio del facineroso, la prerrogativa y la prebenda particular de la mujer del cacique; su progreso, no otro que la ventaja y el medro de las ahijadas de un régimen decrépito y odioso. El nazifeminismo, es otro intento de fragmentación de la visión humana total del marxismo proletario y reproduce, por tanto, las relaciones de dominación de la sociedad de clases que lo origina, promoviendo particularismos y esferas de privilegio e influencia sobre las espaldas de una clase trabajadora a la que quiere utilizar, manipular y dividir, para poder seguir explotandola. La destrucción del nazifeminismo es una tarea ineludible del proletariado internacional.
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