Friday 17 May 2013

¡Socialismo o Muerte!



Cambio de régimen o esclavitud. Ensayo proletario de totalidad contra la parcialidad reaccionaria del izquierdismo y sus universicarios o cómo romper huevos para hacer tortillas. 

En su artículo 'Apuntes para una estrategia de cambio', publicado en el diario caciquil nazi-izquierdista Público (http://blogs.publico.es/dominiopublico/6949/apuntes-para-una-estrategia-de-cambio/), el famoso universicario V. Navarro, nos regala con lo que podría clasificarse como un auténtico manual de vano activismo izquierdista, una confesión de su total incomprensión de lo que se ha dado en llamar 'reforma' y los mecanismos de guerra de clases que la hacen posible y, en definitiva, una declaración de impotencia y adhesión a un régimen que le paga esa jugosa 'olla' universicaria, donde no está dispuesto a meter su 'polla'. 

Este señor, este zángano, que ni siquiera ha leído o entendido los escritos más fundamentales del socialismo científico, se equivoca de cabo a rabo, mostrando en el proceso ese característico anti-marxismo, secular, esencial y visceral, de la caterva universicaria que se ha apropiado y arruina la escena 'intelectual' y las instituciones educativas de Cortijo-España, en las que la filosofía y la ciencia, brillan por su ausencia. 

En la lucha por el socialismo, cualquier socialismo, la totalidad es suprema e ineludible. Tanto es así que se puede afirmar categóricamente que, TODO avance y progreso logrado por los trabajadores en su condición, ha sido obtenido bajo la directa o indirecta AMENAZA de una filosofía TOTAL Y UNIVERSAL, materializada en las poderosas organizaciones obreras y, sobre todo, en el instrumento supremo de coerción racional y militar del proletariado, EL PARTIDO COMUNISTA. 

Nada, absolutamente NADA, en la lucha por el socialismo, se podría haber conseguido sin un esfuerzo hacia la totalidad. Pensiones, sanidad, educación, transporte, vivienda, alimentación, defensa, etc, etc, etc... no son más que efectos secundarios y accidentales de la lucha, la guerra, por el socialismo de los trabajadores. En unos casos mejoras para apaciguar la furia de la revolución, en otros, simplemente imposiciones de los proletarios en el camino hacia el control total de la sociedad. 

La mismísima izquierda, ese nazi-izquierdismo histérico y sentimentaloide tan extendido por el mundo y en el que tanto se reboza nuestro gandul catedrático, debe su existencia, PRECISAMENTE, a un intento de los explotadores por destruir la totalidad y la universalidad de miras del trabajo. El izquierdismo no es más que un mecanismo para separar el 'programa máximo', es decir, la totalidad, la revolución, del 'programa mínimo', o sea, las migajas, el compromiso, la domesticación, la desactivación y la derrota. La izquierda está atomizada porque esa es su función, la de desintegrar toda resistencia organizada y coherente en el caos de la parcialidad y la anarquía de la facción, de los intereses parciales, fragmentarios e incompletos. 

La Transición y la situación actual de Cortijo-España muestran, claramente, lo que ocurre cuando se olvidan los cánones y dogmas de la totalidad. Un Partido Comunista, el verdadero referente de toda la operación política y destinatario de todos los esfuerzos de la caciquía, desarticulado, 'desmasificado', 'desleninizado', es decir, 'destotalizado', mediante su izquierdización y conversión en un grupito de 'presión', guarida de espías, polizontes, feministas y vejestorios sedientos de reconocimiento 'local', pero incapaz de organizar una hoja de información, no digamos la prensa obrera de la nación. 

Es lógico, por tanto, que los burgueses y sus lacayos, universicarios o no, nos amenacen con una Segunda Transición y nos atosiguen con sus 'estrategias' parciales de mierda, su gradualismo, sus 'avances' limitados, sus onerosos compromisos, sus menguadas 'exigencias', reflejo de su acotada inteligencia y su traidora constitución, pues saben bien que, a largo plazo, como decía Keynes, todos estamos muertos y su victoria estaría asegurada.

A pesar de las filfas y patrañas de los voceros de la explotación, la totalidad es la consigna que garantiza la movilización de la clase obrera y su organización en un partido poderoso. Es la temida unión del proletariado con la filosofía. La totalidad es el reformismo, la revolución y el socialismo. 'Así de claro'.


¡Caciques al GULAG!
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!