La culpa occidental en el imaginario neozarista.
Como es habitual entre las repúblicas bananeras, el Nuevo Antiguo Régimen de Rusia, acusa al malvado extranjero de los problemas creados por su propia corrupción, ineficacia, latrocinio y criminalidad.
Haciendo gala del paternalismo más repugnante y chabacano, el neozarismo que saquea las riquezas naturales y sociales de lo que fuera la Unión Soviética, nos regala con acusaciones antiamericanas y antioccidentales dignas de las tiranías monárquicas de Siria, Venezuela, China, Nicaragua o Cuba. Sin embargo, estas imputaciones y lamentos de los explotadores y cuatreros que arruinan Rusia, no parecen muy acertadas si recordamos que Putin, por ejemplo, es el sucesor designado de ese borracho demente llamado Yeltsin, que alargó su perniciosa existencia gracias a la ciencia y los médicos occidentales y que fue uno de los criminales responsables de aplicar las desastrosas políticas del Consenso de Washington y las 'terapias de choque' que crearon la oligarquía rusa.
Si occidente (o más bien sus élites rapaces), es culpable de algo, ese algo es el repugnante y viciado régimen neozarista que aún atenaza a los trabajadores y ciudadanos de Rusia y demás repúblicas bananeras ex-soviéticas y que quiere proyectar su tenebroso reino indefinidamente en el futuro.
Pero hoy, como ya ha ocurrido en el mundo árabe, la sociedad civil, que se daba por muerta o desaparecida, víctima de la alienación, la tortura y la opresión, empieza a despertar y a organizar la resistencia contra la explotación capitalista y un absolutismo oriental que se reproduce por doquier.
Si aún es cierto que en Oriente, solo el déspota es libre, no es menos cierto que el internacionalismo proletario acabará con la tiranía de los explotadores en todos los rincones del mundo.
N.B: Censurado en Kaosenlared.net
Workers of the World, Unite!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!