La dominación de clase se ejerce, entre otras formas, a través de la segmentación de la sociedad en derecha e izquierda, imágenes especulares la una de la otra y términos de un péndulo político cuya función es, no la de marcar o medir el “tiempo”, sino la de pararlo, es decir, la de preservar y reproducir el dominio de las élites.
La izquierda es especialmente dañina y peligrosa para todos los trabajadores, pues constituye un Caballo de Troya en el seno mismo del proletariado, clase mayoritaria y única que puede destruir la subyugación y explotación capitalista.
Los lemas de la izquierda son, adecuadamente, “el mañana”, “el futuro feliz”. Un mañana y un futuro que nunca llegan, que se retrasan indefinidamente, siempre, como un castigo de Sísifo en el que todo ha de comenzar de nuevo, reproducirse, por una razón u otra, en beneficio de la oligarquía explotadora.
El primer acto por el camino de la liberación, acto revolucionario en sí, es, por tanto, la destrucción electoral de esa izquierda que atenaza el verdadero poder de los trabajadores, es decir, su capacidad para producir un consenso proletario de toda la nación y conquistar el 'centro' político y, representando a todos los ciudadanos y trabajadores honrados, conseguir la justicia y la igualdad.
Ni un voto mas a la izquierda. ¡Comités Proletarios ya! ¡Igualdad! ¡Justicia! ¡Reciprocidad! ¡Revolución! ¡Mas proletariado y menos lumpemproletariado!
Proletarii vsekh stran, soyedinyaytes'! - Proletarier aller Länder, vereinigt euch! - ¡Proletarios de todos los países, uníos!
¡Guerra de clases!¡Caciques al gulag!
¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!
(European Communist Party, in Facebook)
