Friday 4 November 2011

En Defensa de Jaime Richart (I y II)

Sobre la censura contra el análisis de los movimientos migratorios.

A pesar de sus graves deficiencias teóricas, el artículo del señor Jaime Richart, 'Análisis de un Disparate', no puede ser clasificado como racista o xenófobo y constituye, más bien, un bienvenido intento de romper el tabú sobre la cuestión migratoria en las publicaciones de la izquierda.

Solo la atmósfera de histeria y persecución, creada por un capitalismo salvaje que ha puesto en movimiento para su propio beneficio las corrientes migratorias, puede justificar la censura draconiana que se ha impuesto, como un manto de terror, sobre el análisis sosegado y objetivo de las migraciones.

Acallar las críticas y la oposición de los trabajadores a una inmigración salvaje, ilegal y anticonstitucional, con gritos, insultos, descalificaciones y censuras arbitrarias, que atentan gravemente contra los derechos humanos y constitucionales de libertad de expresión, solo conseguirá lo contrario de lo que se dice pretender, es decir, conducirá a grandes sectores de la población a los brazos de las organizaciones nazifascistas racistas y permitirá a la caciquía recrear conflictos étnicos, raciales y culturales, con los que debilitar la lucha de clases.

La solidaridad y el internacionalismo proletarios, no tienen nada que ver con las coartadas ideológicas que han permitido y justificado la importación de millones de seres humanos para su explotación extrema. La solidaridad cristiana y el cosmopolitismo burgués, la caridad y el elitismo jerárquico, son los polos opuestos de la unión internacionalista de los trabajadores y no predican la lucha de clases, sino la concordia del amo y el esclavo y la sumisión a los explotadores.

La inmigración endófoba, organizada por los caciques con la connivencia de empresas, iglesias, partidos, sindicatos y gran parte de la sociedad, pese a quién pese, es un instrumento de explotación sin igual y ha permitido la pulverización de los salarios y condiciones de trabajo, dondequiera que se ha permitido.

La oposición razonada y proletaria a la inmigración no es, ni puede ser, racista aunque solo sea porque, los inmigrantes, son un grupo heterogéneo de razas y culturas; blancos, negros y amarillos, polacos, americanos de origen europeo e indio, chinos, árabes, nigerianos, rumanos, checos, ucranianos, etc, etc, etc... Sin embargo, esperar que los trabajadores, nativos e incluso extranjeros ya integrados, acepten una inmigración que atenta directamente contra sus salarios y supervivencia, es un ridículo 'disparate' que solo puede acabar en desastre.

N.B: Censurado en Kaosenlared.net

Workers of the World, Unite!

¡Reciprocidad! ¡Repatriación! ¡Revolución!

(European Communist Party, in Facebook)

http://comitespartaco.blogspot.com/